Lo primero que se nota de Tengo miedo torero es que está escrito en un tono super exagerado, que es delicioso. Pedro Lemebel mete como mínimo tres adjectivos e dois advérbios por frase, las descripciones de las cosas más cotidianas son poéticos. Es un estilo barroco. Sus personajes son algo caricaturales, pero muy bien diseniadas. El travesti que se enamora del guerillero que a su vez ama más que todo a la patria, pero se deja seduzir. La historia de amor está ambientada en Chile, en torno del atentado fracasado a Pinochet. Fue un buen libro para leer un 25 de Abril en Portugal.
La Loca del Frente, así se llama al travestí, es una chica que se acostumbró a escuchar Radio Cooperativa y sin estar interesada en política llegó a opinar que la situación actual está insoportable. Hablamos del anio 1986. Un bello día conoce a Carlos y se enamora, lo va haciedo favores, guarda cosas en su casa, etc. y Carlos, el estudiante está siempre ocupado con reuniones y le devuelve poco amor. La Loca del Frente no es estúpida y huele que las cajas que le guarda tienen algún contenido comprometedor. Gracias a su trabajo, o arte, de bordear manteles a pedido, La Loca del Frente tiene contactos en los barrios de los grandes funcionarios militares. Carlos, por su lado, está en el Frente patriótico Manuel Rodríguez, pero no quieren imponer su actitud política ni meterla en problemas, por eso, cuando los dos se acercan, toda la intimidad se ve penetrada por cuestiones políticas, quieran o no. También hay más problemas para el amor, que no se pronuncian, pero se notan: Aunque tenga ciertos sentimientos genuinos para La Loca, Carlos parece no poder asumir el amor a un travesti, de otra clase social y una edad más avanzada. Paralelamente se presentan las conversaciones entre el General Augusto Pinochet y su mujer rompebola, sus problemas cotidianos, sus pesadillas de noche; esta parte me pareció bastante aburrida. Aumenta la tensión cuando avanzan los preparativos para el atentado al dictador en la ruta del Cajón de Maipo, donde el general tiene su residencia de verano.
Para mi, que nací en democracia, no fue "otra novela más" sobre la guerilla y la los militares. Porque es una perspectiva renovada. Un poco me complementó también la lectura de Mala Onda, de Fuguet, porque relata acontecimientos de la misma época, entre el 1980 y 86 en la ciudad de Santiago de Chile, pero desde otro punto de vista: Mala Onda lo hace desde el hijo de ricos, simpatizantes del gobierno militar, Tengo miedo torero desde una persona reprimida por su sexo y género, de clase baja y que en principio no se interesa por la política.
Después me enchufé al youtube y descubrí que todo eso del atentado fue real y aconteció tal cual descrito en la novela.
La Loca del Frente, así se llama al travestí, es una chica que se acostumbró a escuchar Radio Cooperativa y sin estar interesada en política llegó a opinar que la situación actual está insoportable. Hablamos del anio 1986. Un bello día conoce a Carlos y se enamora, lo va haciedo favores, guarda cosas en su casa, etc. y Carlos, el estudiante está siempre ocupado con reuniones y le devuelve poco amor. La Loca del Frente no es estúpida y huele que las cajas que le guarda tienen algún contenido comprometedor. Gracias a su trabajo, o arte, de bordear manteles a pedido, La Loca del Frente tiene contactos en los barrios de los grandes funcionarios militares. Carlos, por su lado, está en el Frente patriótico Manuel Rodríguez, pero no quieren imponer su actitud política ni meterla en problemas, por eso, cuando los dos se acercan, toda la intimidad se ve penetrada por cuestiones políticas, quieran o no. También hay más problemas para el amor, que no se pronuncian, pero se notan: Aunque tenga ciertos sentimientos genuinos para La Loca, Carlos parece no poder asumir el amor a un travesti, de otra clase social y una edad más avanzada. Paralelamente se presentan las conversaciones entre el General Augusto Pinochet y su mujer rompebola, sus problemas cotidianos, sus pesadillas de noche; esta parte me pareció bastante aburrida. Aumenta la tensión cuando avanzan los preparativos para el atentado al dictador en la ruta del Cajón de Maipo, donde el general tiene su residencia de verano.
Para mi, que nací en democracia, no fue "otra novela más" sobre la guerilla y la los militares. Porque es una perspectiva renovada. Un poco me complementó también la lectura de Mala Onda, de Fuguet, porque relata acontecimientos de la misma época, entre el 1980 y 86 en la ciudad de Santiago de Chile, pero desde otro punto de vista: Mala Onda lo hace desde el hijo de ricos, simpatizantes del gobierno militar, Tengo miedo torero desde una persona reprimida por su sexo y género, de clase baja y que en principio no se interesa por la política.
Después me enchufé al youtube y descubrí que todo eso del atentado fue real y aconteció tal cual descrito en la novela.
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