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31 octubre, 2017

Ricardo Piglia - El camino de Ida (2013)


Hace mucho tiempo que no leía un buen policial! Me hizo bien (la lectura me hace bien cuando tengo tiempo para ella), la devoré, me gustó, solo para el final me había esperado un desenlace un poco más desenlace. Pero, bueno, tendré que comenzar a leer las novelas de Piglia desde el inicio.
El camino de Ida tiene la estructura reconocible, casi clásico, del policial: Comienza con la descripción del protagonista: Emilio Renzi - alter ego de Piglia - un hombre amargado, solitario, divorciado, medio alcohólico, pasa a la muerte de la víctima y su investigación, se cuenta un poco historia de la vida (secreta) y calidades de la víctima. El protagonista se mete en la investigación estatal y contacta un detective privado, lo capturan al sospechoso, se pasa a contar historia la vida (insólita) y calidades del agresor en un balance de defensa y acusación - desenlace con buena parte abierta a la interpretación del lector.
Diría que estamos frente un policial-literario, una campus novel de tradición norte-americana, como en la literatura latino-america aún no he leído.
- Es una pena que el resumen de Anagrama revela siempre los datos más relevantes en la descripción previa! Me niego a leer sus textos de tapa. En este libro el lector tiene oportunidad de ser detective, como se dice para los policiales en general, solo que aquí el lector es más lector, se habla de literatura y los grandes temas que se discuten en su nombre. Al ser una novela de Ricardo Piglia, del que hasta el momento solo leí La ciudad ausente y algunos ensayos, me imaginé que El camino de Ida sería una lectura difícil, densa, repleta de referencias a la literatura del siglo XIX o a personajes históricos debatidos que me superan y temí que no iba entender nada. Pero no, para nada. antes por el contrario, es muy fácilmente digerible, se deja leer en un día o dos. Una vez comenzada, no la pude soltar.
Perdido en su vida sin rumbo ni idea de sus opciones, el profesor argentino acepta una invitación de la prestigiosa Taylor University y se va a vivir a New Jersey, Estados Unidos. El campus es una aldea universitaria de la Ivy League donde todo el perfecto, y, al parecer, nunca pasa nada. El interés de Emilio Renzi se los que están atrapados entre dos culturas o sociedades, en especial entre pre-capitalistas y capitalistas o industriales. Investiga y da clases sobre el escritor romántico W. H. Hudson, hijo de norteamericanos se crió en la pampa argentina y pasó el resto de la vida en Inglaterra. Inicialmente la cultura norte-americana de la clase de los altos académicos parece calmarlo a Renzi. Se reencuentra con Ida, una amante y a la vez la profesora brillante que lo invitó. No sé si el personaje Ida en este caso hace honor al significado de la palabra “viaje sin retorno”, o, como Piglia alude, al de estar “medio ida“, un poco loca.
Le dan una casa en la que no falta nada y un auto. En la primera noche recibe una llamada anónima y le preguntan si quiere coca. En el país el auto es una extensión de la persona y Renzi se adapta, sale a dar vueltas en auto de vez en cuando a visitar los barrios precarios poblados de latinos. El retrato de la sociedad es completado por la mujer que limpia la casa del profesor, que es mexicana, inmigrante ilegal y también vive en una gueto. Hasta tienen, en el campus, un dumpster diver, un homeless, al que la elite tolera, se llama Orión. Para mi representa la friendlyness superficial del campos, que como un lugar ideal, pero artificial. Hay algunas reflexiones sobre el individualismo, sobre los francotiradores y la falta de sindicatos.
Ida investiga a Dickens y a Conrad. La vecina de Renzi es rusa, una jubilada investigadora de Tolstoi. En las conversas de los personajes acerca de sus trabajos, se acumulan datos interesantes sobre política y literatura, sobre todo en relación con el anarquismo, y los especies de Henry David Thoreau (pós-)modernos, pero también algo sobre las militancias de los años 60, 70, 80 en Argentina. La novela es muy simétrica, se habla de experiencias en la naturaleza en el norte, cerca de Canadá y en el sur, en la Patagonia. Estados Unidos y Rusia.
Piglia siempre se preocupa por las idas y vueltas entre realidad y ficción, en este caso, es al relación entre un hecho real un libro inspirado por un libro que a su vez es transformado en relato y vuelta a empezar. También el mismo Renzi se mueve entre realidad y ficción, recuerdos falsos, vidas paralelas imaginados, etc.: - "Anotaba lo que podía, para garantizar que lo había vivido y poder recordarlo." - "La cuestión no era cómo hay que pensar lo que se vive, sino como hay que vivir para poder pensar". - "No era la realidad la que permitía comprender una novela, era una novela la que daba a entender una realidad que durante años había sido incomprensible."
El hecho real se inspira en  Joseph Conrad's The Secret Agent. Es el libro que Ida le da a Renzi (edición penguin). Hay eco-terroristas, y hay un viaje loco a la costa de California, pero no quiero revelar mucho, je. Leí, por ahí, que toda la historia de El camino de Ida, o casi, toda, se inspira en un caso real. También aparece el amigo de Renzi, Junior, protagonista de La ciudad ausente (1992) y su colega de El mundo.

Y para el final, alguna joyita para quien estudia autonomía literaria (yo me reí mucho con esto):
Quiere decir que todo seguía igual en Buenos  Aires, conocía bien esa  calesita; la endogamia era la única autonomía de la que gozaba la literatura argentina. Clara había estado casada con Pepe Sanz, que había hecho conmigo toda la facultad en La Plata y con el que había sacado varias revistas en los años sesenta; cuando se separó de Clara, Pepe se casó con  la ex mujer de Junior y ahora Junior estaba con ella. Sentía lo de Clara como una traición. ¿Junior se habría ido a vivir a mi casa? ¿Estaba durmiendo en mi cama? ¿Leyendo mi edición de La muerte de Virgilio? (...) Y el canalla de Junior debe estar escuchando ahora mis discos.


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