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30 marzo, 2017

Selva Almada - Ladrilleros (2013)


Ladrilleros es otra novela argentina contemporánea que sitúa su narración en el campo, en las margenes del país, en un pueblo olvidado del norte. Últimamente escuché hablar mucho y muy bien de esta escritora. Parece que sigue siendo todo un acontecimiento si es una mujer joven la que escribe bien, una muchacha del interior la que tiene algún éxito comercial y en círculos literarios, de forma que todo el mundo lo comenta, como si fuese la gran excepción. No sé bien como funciona eso. Tampoco sé como funciona revelar todo que se pasa desde la primera página y lograr una novela buena.
Estamos en el Chaco (o por ahí), en una tierra lejos de todo y castigada por el sol, el año entero. En el barrio no hay mucho que hacer. Para los adultos están las carreras ilegales de galgos, juegos de cartas y la bebida. Para los changos hay bicicletas, metegol, un canal, y los dos bandos callejeras a los que unirse para aprender las masculinidades. La eterna rivalidad sostiene el orden del pueblo, nadie se escapa de esa realidad. La historia es bastante simple, se trata de las relaciones entre dos familias, primero entre los padres, Óscar Tamai y Elvio Miranda, ambos ladrilleros, después entre los hijos varones Pajarito y Marciano y respectivas barras de compinches. Las violencias que se reproducen, las familias son muy parecidas, viven en el mismo barrio, en las mismas condiciones precarias. Se narra alternando de escena entre las dos familias de manera muy rápida y se dispensa del orden cronológico, así pasamos las estaciones importantes y algunas cotidianas, la siesta, el parto, el casamiento, el primero sexo, la primera gran bronca, problemas de trabajo, las muertes de los perros, las trompadas, los momentos decisivos de la infancia, los días en que el parque de diversiones pasó por el pueblo. En el principio, los chicos Pájaro Tamai y Marciano Miranda son casi confundibles, espejos, con la diferencia que uno odia al padre el otro extraña el suyo, sentimientos naturales en esas circunstancias, cosas que marcan la vida de los muchachos para siempre y sin posibilidad de escapar, de decidir sus vidas, de encontrarse.
Selva Almada escribe muy bien, las escenas le quedan vivos, bastante "plásticos" como se dice, pero por alguna razón, en el medio mantiene distancia con los personajes, o tiene un problema narrativo, algo que se pierde al anunciar lo que pasa desde la primera página o es porque muda de escena demasiado rápido, cada dos o tres páginas. A lo mejor, simplemente leí demasiado en las últimas semanas y es esa la razón de haberme quedado algo pesado, flojo no está, pero me parecía faltar tensión en algún lado. Su voz es la habla agresiva de jerga del pueblo de los chamigos, sin piedad ni parafraseo, dice las cosas por el nombre, ahí se culean pendejas y se dan palizas de cinturón, se busca la carne enemiga con filos, se mascan conchas, se agarran piñas entre charcos de meo y vomito.
Sin embargo, hacia el final se densifican las escenas narradas y va quedando menos fragmentado y más vivas porque conectadas. Ahí si es fácil encariñarse con ellos. Se sienten esas energías de adolescentes de jóvenes adultos de ya son Pájaro y Marciano cuando salen en sus motos a bailar y beber porrones. Vale más y más la pena. A pesar de que ya se sabe de la primera página que los dos se están muriendo, va a haber un desenlace, algo que impulsa a leer más rápido, porque falta una escena importante que todavía no se nos contó bien. Y aún al final, sabiendo que pasa, el texto deja sin aliento y llegan los policías y caminan por el pasto estropeado igual que el pelo del viejo pony de la feria atado en el boliche de lata.

28 marzo, 2017

Martín Kohan - Fuera de lugar (2016)


Fotos de nenitos medio indios en bolas para el mercado Europa del Este y Asia, comerciadas en la frontera con Chile. [Rossana no lo leas, vas a tener pesadillas.] La "mera" contemplación de cuerpos, jugando entre sí, haciendo nada en especial, puede ser inocua? y la insinuación, la propuesta vaga, la alusión a una fantasía? Cuál es la diferencia entre una imagen en movimiento y una detenida, la foto es menos real?
Me sacudió, porque es sobre ver, tocar, (poseer), y en última consecuencia sobre leer, que en el fondo es como ver (y tocar?) y pedir más. La vista otorga poder, igual que el habla, pero de otra dimensión. Por eso impacta tan fuerte, aquello que no se ve, que no se dice y lo que no se quiere saber. Más imágenes argentinas: La virgen de Lujan, San Martín, Maradona, el Papa Juan Pablo II.
Martín Kohan va adicionando personajes y complicando el negocio. Esta primera parte está buenísima, levanta un suspenso casi perverso, tensión subcutánea. Esa de pensar, por absurdo que suena en relación con el tema de la pedofilia, en el arte de la fotografía. Los recuerdos se nos guardan en la memoria en forma de imagen, o fotos que vimos, más que en movimientos.
En la segunda parte, cambia hacia policial, ya me gustó primero menos, comienza el clásico el sobrino del muerto se puso a hacer preguntas... También es una gran reflexión sobre el 1989, como se liberaron los vicios de consumo de los nuevos ricos o medio ricos en la antigua Unión Soviética, como llegó Internet a la Argentina y hizo que de repente las imágenes se copian y se distribuyen sin costo, y al mismo tiempo quedan más instantáneos, accesibles, como imborrables. También Rusia ya no parece tan lejos, Internet acercó todo en tiempo y en espacio.
Las cosas pasan en la Pre-cordillera, el Litoral, después en el Conurbano y en la frontera, es una das pocas novelas latinoamericanas "de campo" o sea que no se sitúan principalmente en las grandes ciudades.
Y al final un bello desenlace inesperado.

25 marzo, 2017

Pedro Mairal - Una noche con Sabrina Love (1998)


Buenísimo! Ya había leído una del autor (La Uruguaya del 2016) y no me había gustado tanto, a pesar de ser entretenida.
De esta se hizo una película con Cecilia Roth como Sabrina Love. No me apetece verla, no me quiero arruinar la impresión.
El protagonista es un chico de provincia, Daniel Montero, 17 años, de Curuguazú, Entre Ríos que gana en un concurso de televisión una noche con la porno-star Sabrina Love. Como no tiene plata para ir a Buenos Aires, se larga de autostop. Por una inundación no circulan camiones, ni ómnibus y se tiene que ir un trazo en balsa. Después, haciendo dedo se confronta con diversos personajes, con obreros, maestras, soldados, con gauchos, con participantes del concurso de la noche con Sabrina Love. Los autos expresan otro mundo adulto, ese que pasa poderoso a pocos metros de Daniel y sin embargo no le da bola. Los autos potencian la violencia y alienación de sus conductores.
El joven Daniel, que desde que terminó el colegio trabaja en un frigorífico de pollos, se va a la gran ciudad, la Capital donde parece que siempre hay Carnaval (que es la emancipación temporaria de los oprimidos), y donde encuentra más diversidad en opiniones, identidades y posibilidades de lo que esperaba, con facilidad va conociendo estudiantes que tan solo tienen unos años más que él y estudian y toman cuenta de su vida. Hay más realidad, simultaneidad y violencia en la ciudad, pero al mismo tiempo también más espectáculo, divergencia y virtualidad (TV, shows, disfraces) de lo que esperaba. Como los espejos y puertas de vidrio del hotelucho transitório.
(Me puse babosa de recuerdos, del colectivo 60, de los paseadores de perros en Recoleta, de los cables enredados, de los vendedores ambulantes, será que me impactó porque fui a Buenos Aires a la misma edad, también vine del campo y de alguna manera también me inicié ahí? Pero esto son cosas mías. Tengo que volver, porque nunca fui a un telo, cosa que es una falta de experiencia importante, creo. Pero esto no tiene nada a ver.). El libro sugiere que de alguna manera son muy conectadas la iniciación al mundo adulto, a la mayoria de edad y la iniciación intelectual-cultural en la Capital del país. Como Daniel, que antes de que viniera a Buenos Aires por primera vez, no era ni bien adulto, ni bien "argentino", se pasaba el tiempo entre su trabajo, la fabrica de carne y la televisión.
 

24 marzo, 2017

Rodolfo Enrique Fogwill - "Muchacha Punk" ([1978] 1992) y "Sobre el arte de la novela"


Muchacha Punk es una compilación de cuentos, publicado por primera vez en 1992. Comprende seis relatos escritos entre 1978 y 1997, pero yo solo leí uno de estos, el que le presta el título a la colección: Muchacha Punk.
Es delicioso! Lleno de humor, atención al lenguaje. También aquí, está la Guerra de Malvinas de fondo. El cuento transcurre en Londres. Comienza así: En diciembre de 1978 hice el amor con una muchacha punk. Decir "hice el amor" es un decir, porque el amor ya estaba hecho antes de mi llegada a Londres y aquello que ella y yo hicimos, ese montón de cosas que "hicimos" ella y yo, no eran el amor y nisiquiera- me atrevería hoy a demostrarlo-, eran un amor: eran eso y sólo eso eran. Lo que  interesa en  esta  historia es que la  muchacha punk y yo  nos "acostamos juntos". Se sigue lo que parece una historia de esa aventura amorosa en el que el narrador sabe crear imágenes e ideas y en seguida desconstruirlas.
Cómo no había leído nada de Fogwill antes? Él toma su papel de narrador en serio, de forma que el autor es todo menos ausente. Hasta los personajes saben que "son narradas" y el autor a veces le explica su hacer al lector, le previene de decepciones y igualmente le cuenta las suyas. Tiene razón, si se piensa bien, al contar del frío, de la ropa y del narrador puede contar tres veces lo mismo, pero no es lo mismo.  ..el frío inglés del relato, calaba, los huesos, argentinos, del narrador.  Y al contar en español lo que se dijo en inglés mantiene el orden de las palabras, - "Sí, de curso" -dije yo...
El arte -pienso debe testimoniar la realidad, para no convertirse en una torpe forma de onanismo, ya que las hay mejores.
Creo que el tema del relato es la imagen que nos hacemos del otro, la distinción entre el yo y el otro, las expectativas y perspectivas, proyecciones del yo y del otro, del burgués, y de la punk, hombre, mujer, argentino, inglés, etc. O algo así. No tanto por el argumento, pero por como se juega con el lector. Me encantó.
*
Y para no escribir una entrada de blog sobre cada cuentito, incluyo aquí otro de Fogwill.
*
Sobre el arte de la novela (no pude averiguar de qué data es) es una parodia del El extranjero de Camus. También aquí tengo que decir que lamentablemente no leí el "original". En Sobre el arte de la novela todo es oblicuo, quizás no todo, pero muchas cosas. El narrador reflexiona sobre el lenguaje y sobre la muerte y sobre las madres y la vejez. La vejez/ muerte es una oxidación /fuego de a poco. Después cuenta la historia de Alberto, cuya madre muere en Santiago del Estero y que es para él, un asunto incomodo, molesto, porque tiene que viajar, pero nada que le llegase al corazón. Esta historia es un ejemplo, pero como ocupa grande parte del cuento nos olvidamos, así que cuando vuelve al plano de inicio, tenemos que recapitular como era que comenzó el relato. El narrador nos ayuda, porque vuelve al tema del inicio y se pregunta, Se oxida el texto? Y cuenta como se fue a Mar del Plata durante la Guerra de las Malvinas a visitar a su mamá y después de todo no es así tan diferente de Alberto cuya pasiva actitud e insensibilidad acaba de contar, por el contrario. Estábamos a espera de otra cosa? Se pregunta también sobre como se usa habitualmente en el castellano (de la época) la palabra "de", millones "de" pesos, en lo siguiente la usa muchas veces y yo que ni sé la diferencia entre sintaxis, lógica y gramática, creo que me perdí ahí el chiste del juego de las palabras.

23 marzo, 2017

Pablo Ramos - El camino de la luna (2012)


Otro deprimido más. A mí me gustan los deprimidos y en la literatura que leo hay millones de matices, de deprimidos, de ansiosos, de sin-esperanzas, de desesperados, de existencialistas. Por ejemplo, Pablo Ramos es muy diferente de Onetti o de Levrero o de otros que ahora no me acuerdo de ejemplos mejores.
Quería volver a las literaturas argentinas del presente, porque aunque no crea mucho en la idea de patria, la lengua es una, eso sí. Ya había leído su novela El origen de la tristeza hace unos anos. Como es marca característica de los textos de Pablo Ramos, también en El camino de la luna todos los cuentos son protagonizados por Gabriel Reyes del barrio del Viaducto, el "personaje-otro yo" del escritor en diferentes edades y circunstancias. En esta colección de cuentos, hay unos cuantos que me parecen más realidad que cuento (pero eso no se puede decir sobre literatura). Es un mosaico de momentos entre los que se salta sin orden cronológica, algunos son angustiantes, otros muy felices, momentos con peso sobre la vida y otros que parecen banalidades, pero que están escritos de forma precisa y completa, quiero decir, transmiten un clima emocional bien definido. Algunos me gustaron más, otros menos, pero todos tienen un no-sé-qué. Anoche leí el último cuento y me quedé soñando con él último, incorporándole mis propios personajes.

Gabriel como viejito desorientado, la vida de adicto a la heroína bajo un puente de autopista en Buenos Aires. Vacaciones en una playa-basural del noreste brasileiro infernal, Gabriel de adolescente en el hospital, en la conversa con una amiga, pensando en monedas para pagar la travesía del río que lleva a la muerte - se pone en los ojos o en la boca? El peso de la memoria del padre como elefante muerto en una valija y palabras cariñosas con desconocidos. Gran tema: Gabriel y el fútbol. Gabriel y neo-nazis en un tren de Berlín-este. La amistad entre el padre peronista de Gabriel y un tipo derechista durante el mundial '78. Gabriel en un momento de serenidad y delicia casi perfecta al desayunar con la maquina de escribir en un jardín en Brasil y oler castanhas assadas. Gabriel y la chica de pelo verde y la mafia de Avellaneda, pistolas, merca, lluvia y vías de tren. Hijo angustiadísimo de madre horrible ex-alcohólica en hospital privado. Recuerdos de ir acampar e ir pescar que vislumbran una familia que podría tener sido.

Y en el medio hay muchas reflexiones sobre el valor terapéutico de escribir, de nombrar lo innombrable de convertir experiencias. Y hay alcoholismos, abusos sexuales, torturas, mas también alegría infantil, recuerdos buenos, momentos mágicos, música y bicicletas.
Es uno de esos autores que a veces me hacen pensar que podrían trabajar un poquito más la manera de cómo cuentan, de como arman la trama, de que información adelantan o ocultan a lector. Pero después pienso, que está muy bien así como está, esta forma le pertenece, es la que él encontró y cierra. La noción de inacabado es la que dejan a propósito, porque es la experiencia de vida que transmite. Una experiencia que es así, como cuando se dice "la vida es así", y se refiere a su arbitrariedad, a sus golpes secos y a sus momentos de gloria inesperados.  Igual estos conceptos ya no se usan y eso de "podrían trabajar más la intertextualidad" se desvela como una posición conservadora y reaccionaria. La literatura no tiene que ser vanguardista, bien pode ser popular y me quedo con ganas de leer más literatura "de barrio". Y está muy bien así. No sé si me explico.

22 marzo, 2017

Rodolfo Enrique Fogwill - Help a él ([1982] 2008)


Wow. Me encantó. Que texto para leer una mañana de lluvia tan muerta como la de hoy. Fue mi primera novela de Fogwill, igual diría que es más cuento que novela. Me acordó de los cuentos de Borges, de Bioy Casares y de Juan José Saer.  Es una re-escritura de El aleph de Borges, que lamentablemente no conozco y por lo tanto no voy a poder "entender" este cuento, igual así lo disfruté. Hasta el título hace alusión a el aleph, pues comparten las mismas letras, lo mismo acontece con la protagonista Vera Ortiz Beti, reverso de la Beatriz Viterbo de Ficciones. Y Vera se llama la hija de Fogwill, también escritora. Eso lo leí en algún lado, no me acuerdo de este personaje borgiano. Habrá un momento para volver a ello.
Help a él es la historia de un periodista que se entera de la muerte de una  antigua amiga y amante. La primera frase "La pesada mañana de febrero en que Vera Ortiz Beto tuvo esa muerte espectacular que ella misma hubiese elegido.." y con eso nos quedamos curiosos. Como murió? porque? No será una imaginación del narrador? Pasado un tiempo que se pasa de vacaciones, distrayéndose, vuelve a la casa de los padres de Vera y su primo, un escritor que vive con ellos le pasa una caja con sus cosas, fuman un porro y beben de un licor de Vera. Ahí empieza un viaje perceptivo y interior, sexual, alucinante, violento. ".. no hay mejor regalo para una muerta que dejara jugar por unos instantes con las memorias y fabulaciones de los vivos..".

19 marzo, 2017

Leonardo Oyola - Bolonqui (2010)


Mira vos, que sopresita. Me lo prestó mi amigo argentino: Bolonqui, novela ""juvenil"", con dos comillas, porque en este caso juvenil puede ser cualquier edad. Es literatura del ahora mismo, de autor joven, del '73, que quien nunca escuché hablar. Una pesquisa de 5 minutos me dio la impresión de que era del arte de novelas negras, de súper héroes y de la literatura del barrio.
Bolonqui es medio campeonato de truco (el FALTA- ENVIDO-TRUCO-BOEDO 1910), medio aventura pre-adolescente a dar vueltas por la gran ciudad con su padrino que tiene debilidad por andar besando botellas por ahí a si la yuta no le anda persiguiendo, para guardarlo en gayola.
Es otro "fin de al Historia", el mismo Apocalipsis del 1910 (por culpa do planeta Haley en el día de la Revolución de Mayo), esperada por Arístides Gandolfi de 13 años con amigo y perrito, Nicolita, mientras el resto de la gente se agota en festejos en honor a la data.
Frente este oscuro destino, Arístides sale buscando un refugio para salvar sus queridos. En el conventillo, la tía Josefa lo hace comer lechuza y reza sus rosarios y avemarías.En el budín hay que pedir unos mangos prestados, y apostar suerte al naipe, es todo o nada y siempre hay que estar atento a los Güesudos, Diablos y Muertes en cada esquina, disfrazados de gauchos o amigos, prontos para ajustes de cuenta míticos y reales. Qué el mundo para ese gurí es el de adultos, rodeado de violencias, es él que toma responsabilidades, él que se siente obligado a "hacerse hombre".
El lenguaje es el que algunos llaman la poesía del lenguaje de “los marginales". Araca, el Diablo! Nos quiere amasijar. Son poquitas páginas, me pareció mucha pelea, me perdía un poco en el quien es quien y no entendí todas las palabras, pero me gustó- Recomendado!
(En la net hay guías para docentes para download por si alguién no entiende el chamullo o quiere interpretarlo todo).

01 marzo, 2017

Julian Barnes - Staring At The Sun (1986)


Julian Barnes. Me topé con este autor por acaso y me gustando cada vez más. Hace poco, leí Metroland, su primera , ahora busqué esta. Es una novela pasajera, sin tema aparentemente "importante", o sea el tema es la vida de Jean Serjeant y su vida centenaria. La narración la acompaña desde su infancia como hija única de una familia pequeño-burguesa en Inglaterra durante la segunda guerra mundial, hasta el 2020, concentrándose más en su vida personal que en los hechos históricos del siglo, aunque tiene en cuenta las transformaciones de la vida social. "Marriage had two magnetic poles, anger and fear. But now women were getting just as good at anger." (118). Desde tímida muchacha hasta la tercera edad hay siempre aviones en la vida de Jean. La parte en que piensa en lo absurdo de una muerte en un avión de pasajeros la subrayo y le pongo tres signos de exclamación, pensé exactamente eso en mi último viaje. Durante la guerra un piloto adolescente, temporalmente fuera de servicio militar, es "estacionado" en su familia, el chico es el primero contacto con el mundo de los adultos, y Jean lo recordará siempre. Después se casa (con un policía bruto), se separa, cría su hijo Gregory, y viaja por el mundo. Muere el ex-marido, muere el tío Leslie, el hijo se torna viejo. Jean siempre avanza desenvolviendo su visión personal de las cosas, siendo practica, pero no utilitaria, en lo que es ser madre soltera y, como es usual en la avanzada edad, enfocando-se más y más en la memoria y en si mismo. Pues, más que adaptarse a los demás, en el la vida se trata de encontrar las preguntas ciertas, y a veces hay que repetir o reformular la pregunta. (Jean sabe eso desde temprana edad, pero cuando inventan la máquina ésta acostumbra responder con "Esto no es una pregunta real" y la gente o desiste o intenta encontrarle la vuelta. Gregory descubre eso también, "A careful question is, after all, a sort of answer" (177)).
Escrita en los '80, la novela implica una parte especulativa sobre el desarrollo de las cosas en nuestras sociedades, se podría llamar "de anticipación" o "ciencia ficción", tal vez. Hay ahí cigarrillos divididos por lineas puntadas en 18 pitadas para ayudar a controlar el consumo, hay dispensadores de happy pills, claro. Y una especie de google, un General Purpose Computer, que se ajusta al nivel de comprensión del interrogador y está ligado a la cuenta de Seguridad Social. Pretende democratizar el conocimiento del mundo, un gran avance, pero como no pudo ser de otra manera, nunca exento de polémicas de lobbying, de manipulación de dados, de debates acerca de la verdad total, absoluta o correcta. El diálogo de Gregory con la máquina está buenísimo.
Me pareció un retrato muy sensible y bello. Precisamente por parecer tan libre de pretensiones, a pesar de circular en torno de temas de gran peso, como la vida (Gregory trabaja en seguros de vida y piensa que "life depended on contrasts, and continued to do so until you ran into the ultimate contrast." (108)), la muerte, dios, el suicidio, near death experiences, etc.. Me gusta mucho la voz de Julian Barnes, y la novela me resultó óptimo para practicar mi inglés y sentirme acompañada por alguien con mucho humor (inglés?) y saludable sentido común.  Fuertemente recomendada!

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