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18 diciembre, 2017

Fogwill - Los pichiciegos (1983)


Las Malvinas son unas islas de mierda con nubes y agua grises donde muchísimas vidas de jóvenes muchachos, tucumanos, sanjuaninos, porteños, bahienses, también escoceses, etc. que no tuvieron nada que ver fueron desperdiciados en un acto cruel de jugar a la guerra y mandar gente de carne de cañón y después golpearles el hombro y decir que son héroes de la patria.
Ya son algunos años que ando con ganas de leer los pichiciegos, gracias a recomendaciones personales y blogueros varios. Viviendo en un país de escasa distribución de literatura latinoamericana en idioma original (a precios accesibles) hizo con que me lo terminé leyendo en la computadora, cosa que no es nada cómodo y casi estropea toda experiencia lectora, pero me resolvió la situación y pude satisfacer mi curiosidad. Además, es una novela muy cortita, se me hizo mucho más fácil que leer que por ejemplo Vivir Afuera del mismo autor. Los pichiciegos fue la primera novela de Fogwill que se publicó.

Los pichieciegos son bichitos parecidos a los topos, no salen de la cueva, salvo que se les mete el dedo en el culo. Un grupo de muchachos, colimbas, alrededor de los 18 años, la mayoría de provincia, se juntan en medio de todo eso, se meten en un agujero que van cavando y crean una sociedad improvisada que se tiene que organizar para sobrevivir. Liderado por lo "Reyes Magos" recorren de noche los caminos nevados, sin revelar la entrada de su cueva, a juntar cosas útiles e inútiles, los relojes y la plata de los soldados muertos en el camino por ejemplo, o de barcas abandonadas en las playas. Se comunican con los ingleses para intercambiar comida, queroseno, alcohol y tabaco, pilas materiales diversos, administran el almacén, cocina y estufa. Los "pichis" prefierirían ser británicos que se laman "escots", "wels" o simplemente "uiners", que ser héroes argentinos y morir. En realidad -  entre los soldados - son iguales que los argentinos solo rubios y de ojos fríos, afeitados y mejor equipados. Mayor distancia hay hacia los oficiales que son descritos como gordos, incapaces de sentir empatía y hasta piensan en montar un equipo de polo con los caballos de las estancias abandonadas. Montan una comunidad, organizan el trabajo, se cuidan y conversan. Hablan del miedo, del miedo al miedo, del frío, de las minas, de las bombas, de los aviones, los cadáveres, la mugre, las necesidades corporales, de la camaradería, de sus deseos, y el tiempo paradójicamente sobra. Los pichis escuchan la radio y observan el blanco de la nieve.

Fogwill, el "escritor francotirador" me cae bien. No les cae bien a muchos lectores porque no pierde una oportunidad para mostrar su vasto vocabulario en todo lo que refiere "culear" (ovejas, presos), cagar u otras cosas del género. Se da el lujo de describir al detalle diferentes oralidades y fantasías perversas, y sabe hacerlo bien. En lo que dice respeto al tema, me imagino el impacto que supuso, al inicio de los '90, salir con una novela sobre los desertores. Que sensibilidad y bolas para escribir una novela así, en medio (o poquito después) de una guerra!
Fogwill logró así una ficción que es más realidad que la realidad oficial difundida por las radios y los diarios, según la cual Argentina estaba siempre a punto de ganar y es por eso provocativa. No hay ninguna referencia sobre avances de la guerra, sobre comandos, o estrategias. Patria es una noción absurda en este contexto.

Bueno, a mi, me pasó como me suele pasar cuando tengo esas expectativas desproporcionadas, esperé una novela más larga, más elaborada, "más fantástica", con más "profundidad" en el sentido que sigue un solo tema o una relación entre personajes hasta más lejos. Ahora Los Pichy-cyegos. Visiones de una batalla subterránea (así su primer título) es intenso, pero está montado más en escenas que en una continuidad narrativa, en imágenes que no se olvidan tan fácilmente: el oficial con la mano helada, las ovejas explotadas por minas, la nieve, la culebra, el arco iris. Me entristeció y no pudo ser de otra manera. Es el golpe en el estómago que, supongo, debe ser al ser una novela de guerra. Pensándolo bien, es obvio que no pudo haber un hilo conductor, el hilo narrativo de una guerra se hace en las oficinas de gobierno, en las capitales, lejos de la lluvia y del hambre, en Buenos Aires, en Londres. En la pichiciera solo imágenes desconexas y sensaciones intensas. Muy buena.













(foto encontrada en google)

11 diciembre, 2017

Ricardo Piglia - Blanco nocturno (2010)


La novela - escrita en formato de policial - tiene como tema la circulación de dinero entre Argentina y Estados Unidos y la duplicación de verdades, versiones, significados. Situado en la provincia de Buenos Aires a principios del los 70 en los tiempos de Onganía, es a la vez una reflexión sobre el campo y sobre la industrialización, sobre el sistema judicial (y también: la violencia institucionalizada) y la especulación financiera internacional. El pueblo anónimo que de cierta forma viene a hacer de protagonista - ubicado a 300 y tal kilómetros de Buenos Aires y unos cuantos de Mar del Plata, queda cerca de Rauch y cerca de Olavarría, podría ser Azul o Bolívar (los dos sitios que también se mencionan en La ciudad ausente). En las afueras del pueblo, en el medio de la nada, se erige a mole de una fábrica, la fortaleza personal de un inventor fracasado. Entre otras cosas el inventor trabaja en una máquina de interpretación de sueños con la teoría de Carl Jung.
El patio es todo verde porque es ahí donde Luca tira la yerba del mate. La fabrica abandonada que apenas sigue funcionando como refugio, es objeto de disputas, pues tiene potencia de volver a ser lo que era: una de las fábricas más exitosas de autos del país. La historia y la economía familiar de los Belladonna se sobrepone a la economía del pueblo desde su fundación (el abuelo que era inmigrante y trabajaba en los ferroviarios), en el presente y en el futuro, pues aparece la solución: una herencia adelantada podría dar el dinero para salvar la fábrica, habría que traerla con algún truco evadiendo impuestos y aduanas por supuesto. En medio de todo esto, el padre de familia, el don Cayetano Belladonna actúa como concejal inversionista, pero el hijo, el inventor y alma del predio, pretende salvar su fábrica de manera diferente. Blanco nocturno es un drama familiar con todo que el genero abarca como elementos: accidentes, amores, crímenes. Las figuras espaciales que predominan - como en muchas novelas de Ricardo Piglia - son las de la prisión y la psiquiatría.
La historia aparece más viva gracias al recurso literario de la duplicación: son dos principales historias, el elenco incuye: las dos hermanas - mellizas imposibles de distinguir, dos hermanos con nombres similares (Lucio y Luca Belladonna) y dos investigadores. Dos jockeys, dos caballos, dos forasteros, un japones y un yanqui, etc..  En las novelas de Piglia no existen los hechos (verdad y falsificación), todo son versiones de verdades diferentes, sincronizadas.
El personaje Emilio Renzi es el alter ego de Piglia, un periodista que también aparece en sus otras novelas. Cueto es el fiscal, y Croce el Inspector policial del pueblo.
Como en otras novelas del autor, también aquí la imagen del campo es todo menos romántica: "vivir en el campo era como vivir en la luna". En el medio la Pampa húmeda una de las hermanas Belladona, Sofía, escucha Moby Grape, Traffic, Cream o Love fumando un cigarrillo de marihuana. Todo parece ser hecho de forma más violenta que en la ciudad. Las hermanas saben llevar los pantalones. Desde el diario El Mundo en Buenos Aires no ligan mucho al campo, le piden al periodista volver a la ciudad cuando el caso del crimen se cierra formalmente. Cuando Renzi se quiere quedar e indagar más profundamente, le dicen: ya que estaba en el campo, que preparara un especial sobre literatura gauchesca. "Perón vuelve" se lee en las paredes.

El titulo de la novela Blanco nocturno remete a una luz en lo oscuro, (ver el futuro?) como el faro de la fabrica que alumbra la llanura, pero también pode ser el polvillo blanco que Renzi y las hermanas se meten en las narices.

Me gustó bastante, quizás también porque estaba en el campo cuando leí el libro, se parece a El camino de Ida (2013). Sin embargo, de las tres novelas, La ciudad ausente (1992) me gustó más.

31 octubre, 2017

Ricardo Piglia - El camino de Ida (2013)


Hace mucho tiempo que no leía un buen policial! Me hizo bien (la lectura me hace bien cuando tengo tiempo para ella), la devoré, me gustó, solo para el final me había esperado un desenlace un poco más desenlace. Pero, bueno, tendré que comenzar a leer las novelas de Piglia desde el inicio.
El camino de Ida tiene la estructura reconocible, casi clásico, del policial: Comienza con la descripción del protagonista: Emilio Renzi - alter ego de Piglia - un hombre amargado, solitario, divorciado, medio alcohólico, pasa a la muerte de la víctima y su investigación, se cuenta un poco historia de la vida (secreta) y calidades de la víctima. El protagonista se mete en la investigación estatal y contacta un detective privado, lo capturan al sospechoso, se pasa a contar historia la vida (insólita) y calidades del agresor en un balance de defensa y acusación - desenlace con buena parte abierta a la interpretación del lector.
Diría que estamos frente un policial-literario, una campus novel de tradición norte-americana, como en la literatura latino-america aún no he leído.
- Es una pena que el resumen de Anagrama revela siempre los datos más relevantes en la descripción previa! Me niego a leer sus textos de tapa. En este libro el lector tiene oportunidad de ser detective, como se dice para los policiales en general, solo que aquí el lector es más lector, se habla de literatura y los grandes temas que se discuten en su nombre. Al ser una novela de Ricardo Piglia, del que hasta el momento solo leí La ciudad ausente y algunos ensayos, me imaginé que El camino de Ida sería una lectura difícil, densa, repleta de referencias a la literatura del siglo XIX o a personajes históricos debatidos que me superan y temí que no iba entender nada. Pero no, para nada. antes por el contrario, es muy fácilmente digerible, se deja leer en un día o dos. Una vez comenzada, no la pude soltar.
Perdido en su vida sin rumbo ni idea de sus opciones, el profesor argentino acepta una invitación de la prestigiosa Taylor University y se va a vivir a New Jersey, Estados Unidos. El campus es una aldea universitaria de la Ivy League donde todo el perfecto, y, al parecer, nunca pasa nada. El interés de Emilio Renzi se los que están atrapados entre dos culturas o sociedades, en especial entre pre-capitalistas y capitalistas o industriales. Investiga y da clases sobre el escritor romántico W. H. Hudson, hijo de norteamericanos se crió en la pampa argentina y pasó el resto de la vida en Inglaterra. Inicialmente la cultura norte-americana de la clase de los altos académicos parece calmarlo a Renzi. Se reencuentra con Ida, una amante y a la vez la profesora brillante que lo invitó. No sé si el personaje Ida en este caso hace honor al significado de la palabra “viaje sin retorno”, o, como Piglia alude, al de estar “medio ida“, un poco loca.
Le dan una casa en la que no falta nada y un auto. En la primera noche recibe una llamada anónima y le preguntan si quiere coca. En el país el auto es una extensión de la persona y Renzi se adapta, sale a dar vueltas en auto de vez en cuando a visitar los barrios precarios poblados de latinos. El retrato de la sociedad es completado por la mujer que limpia la casa del profesor, que es mexicana, inmigrante ilegal y también vive en una gueto. Hasta tienen, en el campus, un dumpster diver, un homeless, al que la elite tolera, se llama Orión. Para mi representa la friendlyness superficial del campos, que como un lugar ideal, pero artificial. Hay algunas reflexiones sobre el individualismo, sobre los francotiradores y la falta de sindicatos.
Ida investiga a Dickens y a Conrad. La vecina de Renzi es rusa, una jubilada investigadora de Tolstoi. En las conversas de los personajes acerca de sus trabajos, se acumulan datos interesantes sobre política y literatura, sobre todo en relación con el anarquismo, y los especies de Henry David Thoreau (pós-)modernos, pero también algo sobre las militancias de los años 60, 70, 80 en Argentina. La novela es muy simétrica, se habla de experiencias en la naturaleza en el norte, cerca de Canadá y en el sur, en la Patagonia. Estados Unidos y Rusia.
Piglia siempre se preocupa por las idas y vueltas entre realidad y ficción, en este caso, es al relación entre un hecho real un libro inspirado por un libro que a su vez es transformado en relato y vuelta a empezar. También el mismo Renzi se mueve entre realidad y ficción, recuerdos falsos, vidas paralelas imaginados, etc.: - "Anotaba lo que podía, para garantizar que lo había vivido y poder recordarlo." - "La cuestión no era cómo hay que pensar lo que se vive, sino como hay que vivir para poder pensar". - "No era la realidad la que permitía comprender una novela, era una novela la que daba a entender una realidad que durante años había sido incomprensible."
El hecho real se inspira en  Joseph Conrad's The Secret Agent. Es el libro que Ida le da a Renzi (edición penguin). Hay eco-terroristas, y hay un viaje loco a la costa de California, pero no quiero revelar mucho, je. Leí, por ahí, que toda la historia de El camino de Ida, o casi, toda, se inspira en un caso real. También aparece el amigo de Renzi, Junior, protagonista de La ciudad ausente (1992) y su colega de El mundo.

Y para el final, alguna joyita para quien estudia autonomía literaria (yo me reí mucho con esto):
Quiere decir que todo seguía igual en Buenos  Aires, conocía bien esa  calesita; la endogamia era la única autonomía de la que gozaba la literatura argentina. Clara había estado casada con Pepe Sanz, que había hecho conmigo toda la facultad en La Plata y con el que había sacado varias revistas en los años sesenta; cuando se separó de Clara, Pepe se casó con  la ex mujer de Junior y ahora Junior estaba con ella. Sentía lo de Clara como una traición. ¿Junior se habría ido a vivir a mi casa? ¿Estaba durmiendo en mi cama? ¿Leyendo mi edición de La muerte de Virgilio? (...) Y el canalla de Junior debe estar escuchando ahora mis discos.


09 octubre, 2017

José Luís Peixoto - Livro (2010)



Aquí en Portugal, Peixoto es referido por lo general, como una especie de niño prodigio da literatura portuguesa. Este año, al cumplir los 43 años, llegó a tener 10 novelas publicadas, y unos cuantos libros de poesía. 
El Livro comienza con una cita de Julio Cortázar, y no sin razón. La literatura cría puentes. Y muchas veces son puentes que conectan con París. A contratapa cuenta de la historia forma más aburrida posible. "Emigración económica y política a Francia.., historia de amor.. se ultra-pasan las fronteras literarias." Si si. Ya tuve esta novela en mis manos muchas veces, en la feria y después en la biblioteca, me fue recomendada, pero no me convencían. Lo mismo ocurría con la otra novela de destace del autor, el Cemiterio de pianos. Ahora, que ya lo conozco, no me importa ya la contratapa, ni el tema, quiero leerlos todos.
Me quedé enamorada. Enamorada de la imagen del autor que se hace en mi cabeza - que no tiene porqué corresponder con ninguna realidad. Tanta levedad y belleza en la escrita, lírica, tan envolvente las intrigas. Me acordé de O meu irmão de Afonso Reis Cabral, (y un poco también de Intemperie - quizás por el retrato de la vida aldeana). El livro se instala en el interior de Portugal es testigo, a lo largo de décadas de los habitantes de la villa (sin nombre), sus partidas y retornos.
Ahí esta, el amor entre Ilídio y Adelaide, dos adolescentes "marginales"; él, abandonado por la madre en la fuente nueva, se cría junto al pedrero del pueblo, y ella es mandada a la villa a los 13 años para ser sirvienta en la casa de la tía. A laburar la vida. Realismo.
Están los mejores amigos de Ilídio, el Cose y el Galopim. El Galopim es “simple”, tiene palomas y un hermano, condenado a un cuerpo con discapacidad física, que mira con lo ojos que suplican salir del cuerpo. El Cosme es el mejor amigo, hijo de una familia un poquito más acomodada, hasta estuvo algunos años en Coimbra a estudiar. Es leal y de corazón grande, aunque a veces haga chistes estúpidos o se queja de las circunstancias. Están el padre, el alcohólico “aquele da Sorna” y la vieja Lubélia.
Enamorado hasta las orejas, en una noche en la Casa do Povo, Ilídio le da un papelinho a Adelaide, "Se namorares comigo, dou-te um pombo, cem escudos e um livro". Ella asiente y así proceden, siempre a escondidas. Cuando el enamoramiento le parece demás, la tía manda a la sobrina a Francia, sin decirle a la chica nada y ésta sin hacerse una idea de que le está pasando, que es eso, Francia? La vienen a buscar gente desconocida que la llevan en camión y a pie a salir del Estado Novo salazarista e confrontar un destino desconocido, sumisa, mujer.
De vez en cuando el autor y a veces desvía la mirada, para contarnos – en una frase o dos, detalles que no tienen nada que ver con el avance de la historia, me nos sonsacan una mueca de risa y nos hace acordar quien es narrador (que nos tiene enganchados y si le canta la gana nos puede dejar en suspenso y comenzar a contar disparates), por ejemplo que el obrero en algún momento escupe y que el escupitajo en la piedra se va secando y cae en el olvido. O que el Ilídio, cuando vuelve de Francia ya adulto, con dinero de construirse, finalmente, su propia casa en la tierra, después de contarnos como encuentra y compra un terreno o como hace planes y como se llena de polvo y cal, nos cuenta como lleva los escombros de la construcción a un baldío y los tira abajo de un árbol.
La velocidad varia, después del tiempo de aldea que se rige por las épocas de la huerta y de la matanza de puerco y del frío y del calor, de repente arranca con todo, otro tiempo es el viaje, los lobos, el sexo, brujas, muertes, fascistas, Guardia Civil, adultos y "cachopos" hasta que va demasiado rápido para mi gusto. Los años 60-70 en Francia tuvieron otra velocidad. En 1990, eran casi 800.000 mil portugueses contados en Francia.
El libro tiene una segunda parte que en realidad ocupa menos de un tercio del libro y es, como el propio narrador describe una experimentación auto-referencial un poco desequilibrada. Llena a referencias a la literatura y que viene a contar desde una nueva generación, poniendo en duda parte de lo que pensábamos entender en la primera parte:

“A segunda parte consiste num desequilíbrio estrutural injustificado, experimentalismo fora de tempo. É nesse ponto que o romance atinge níveis intoleráveis de arrogância. Para lá das constantes referências a autores que ele, nitidamente, desconhece, num exercício fútil de name-drop, esperteza de google, o clímax de insensatez é alcançado numa espécie de auto-crítica que, fazendo parte do romance, se refere ao próprio romance. A auto-referencialidade e o pós-modernismo têm as costas largas.” (227).

Yo creo que el libro estaba muy buena, dispensando de esta operación, dispensando de toda esta segunda parte, que acumula fragmentos que el autor no quiso dejar fuera. Encima le habla al lector y me parece un gesto de destruir todo inútilmente. Sin embargo encontré ahí también frases con las que no pude no reírme. De repente se cuestiona quien es el narrador, viene un “yo”, hijo de Adelaide, que en la primera parte había sido un “él” “imparcial”. Nació en el 1974, justo cerca de la fecha de la revolución de Abril y de la fecha del nacimiento de Peixoto. El livro, objecto que une a Adelaide e Ilídio en amor eterno, nunca fue leído por ella. El hijo de Adelaide, ha aprendido a ser lector en francés y portugués, a ignorar a su padre parisiene, comunista-tirano, que humilla a Adelaide y al hijo durante décadas y llega a la última parte de su vida creyéndose el mismísimo Lenin. Madre (ya con otra identidad de clase incorporada) e hijo se liberan de la opresión, lo meten en un asilo de locos y vuelven/van a vivir a Portugal. Los viejos se mueren y los hijos se hacen grandes, en la villa, los automóviles se tornan comunes.
En mi opinión:
La mejor escena: la muerte de la vieja Lubélia. El peor detalle: el carácter de Ilídio llega a ser tan perfecto que dejó de ser interesante.

04 octubre, 2017

Roberto Arlt - Los siete locos (1929)




Ya había comenzado una vez, años atrás, a leer un libro de Arlt. Entonces yo era principiante (sigo siéndolo) en el manejo del castellano. Lo elegí de la biblioteca de un centro social en Garín sabiendo que es de alguna manera lo que se llama un clásico. Pero, en este momento, no entendí un carajo, ni del castellano que emplea Arlt, ni del argumento, de modo que, a pesar del mucho esfuerzo, no conseguí pasar de las primeras páginas. Años después lo recogí (quería saber que era eso de la rosa de cobre) y me sorprendí: había llegado su momento, me identifico, me divierto, lo leo no solo como documento histórico de una emergente literatura de ciudad desde "lo bajo" o desde "a de izquierda", sino también como un texto que podría haber salido de mi contemporaneidad, siendo la sociedad que retrata, igual que las peripecias del hombre moderno, del obrero, en esencia, los mismos hoy en día. 
Los siente locos, que Arlt (1900-1942) escribió a los 28 años, relata como Remo Augusto Erdosain, "un modesto estafador sin ánimo de lucro" (así lo describe la edición de Catedra), harto de la vida miserable, pero normal, que vive, y asqueado de toda la gente, se une a una sociedad secreta dirigida por el Astrólogo.
Roberto Arlt, - que llevo de estigma un apellido se compone con un vocal y tres consonantes, (igual que el mío) elige como tema de su obra las angustias del hombre en la cuidad y se dedica más a describir la vida interior que la exterior. Hacer esto en una época en que la literatura todavía era cosa de las elites, fue, sin duda, un gesto de provocación. Arlt se puso en serio a escribir sobre experiencias urbanas de soledad, sobre los lados oscuros del alma (y de todos los almas, no solo los "otros", comenzando por una introspección del protagonista), los abismos, en fin, sobre todo de lo que no se habla o no se habla en buena compañía. En Los siente locos hay violaciones de menores, abortos, masturbación, una sociedad entera fundada en la mentira y en la explotación de prostíbulos (y de los obreros, de los niños y de los locos, como no).
“¡Cuantos senderos había en su cerebro! .. y se dejaba estar en una inercia vertiginosa,.. Y él caminaba, en el interior de si mismo, sobre un pavimento enfangado de salivazos y aserrín, y cuyo marco perfecto de biselaba hacia lo infinito de las sensaciones adyacentes” (253s).
Los hombres de la casa del Astrólogo pasan noches enteras sin dormir y proyectan esperanzas en la fundación de la nueva sociedad a partir de sus células de colonias revolucionarias en el norte y sur de la Argentina. Es una novela sobre la revolución, a los personajes les fascina la grande industria, la física, la pasión de inventar, la alquimia. El grupo se convence de que una nueva sociedad necesita una religión para engañar a las masas, ya lo sabía Mussolini. También planifican "limpiar la sociedad" con hornos de gases asfixiantes y un terrorismo que esparce el miedo con la ayuda de ametralladoras. En modo exagerado, pero se lee entre lineas una crítica implícita contra la realidad social de la Argentina e Hispanoamérica de los años veinte, atentando contra la crueldad del capitalismo, la inmoralidad y el individualismo. Nadie le puede negar su actualidad! Las reuniones de la sociedad secreta podrían bien ser de Hitler, Macri y Trump, Merkel, es grotesco. En la reunión secreta participan militares falsos, o verdaderos, no queda claro, y el Buscador de oro, habla de la patagonia. Fue ahí cerca de Esquel a ver si encontraria recursos naturales para que la nueva sociedad pueda aprovechar, también para hacer colonias con trabajadores, "ahi abajo desaparece la gente" dice...
También es una novela sobre el dinero y los valores simbólicos, en eso le doy toda la razón a Ricardo Piglia.
En la vida de los personajes reina la desgracia y el peso de la ausencia de sentido, convencidos de que la alegría no se encuentra en la vida buena, lo buscan en las putas, el crimen, la humillación. Erdosain y Hipólita reconocen conscientemente que prefieren pecar, dedicarse a la mala vida, antes de resignarse a su posición en la vida del trabajador dependiente o de la sirvienta. De este modo, la novela tiene un toque negro o de policial. Pues, puesto este clima de disposiciones y desesperaciones, cuando llega la gota que hace rebalsar el vaso, Erdosain toma una decisión fatal. Las gotas en este caso son por lo menos dos: Un amigo, el burrero Ergueta, se niega a prestarle dinero a Erdosain cuando éste realmente lo precisa para salir de un apuro. Elsa la mujer de Erdosain decide dejarlo y se va con otro, y, al mismo tiempo, su amigo Barsut - y primo de su mujer - le confiesa que la ama a Elsa y le encantaría humillarla violentamente. De ahí Erdosain se hace la idea de matar a Barsurt y quedarse con todo el dinero de este. El dinero que le pode ser útil a la nueva sociedad. De ahí toda la tensión se arma alrededor de si lo quiere y puede matar o no, que hace el asesinato con el alma de un hombre? Me pareció que ni lo hacia para tener el dinero en si, mas para poder pertenecer y aportar al grupito revolucionario. Después duda si matarlo o no. Que será de su alma? que pasará si se descubre todo o si le engañan?

Es una novela "muy" de ciudad, quizás se reflecta eso en la forma de la novela, está fragmentada en pequeños párrafos con título, como que todo acontece cais al mismo tiempo. Hay muchas escenas de trenes suburbanos, tranvías, entre el barrio de Flores y Temperley, con sus diferentes luces que se enfrentan a la niebla y a la lluvia. También un retrato de la marginalidad urbana, de los canallas que pueblan los boliches a los patotas de los arrabales, de las masas y multitudes.
El texto es una larga y profunda reflexión sobre la angustia y sobre la rabia en clave de sarcasmo, ambigüedad y mentira:
  "Y muchas veces se decía: - ¿Qué he hecho yo por la felicidad de este desdichado cuerpo mío? Porque lo cierto es que se sentía en circunstancias tan ajeno a él, como el vino hacia el tonel que lo contiene.
Tan desolado es Erdosain que Arlt tiene que inventar muchas maneras diversas de describir este estado. En un momento, por ejemplo, hace que su protagonista en un acto espontáneo se suba a un árbol y comienza a gritar. El Astrólogo se imagina el alma como un océano agitándose dentro de setenta kilos de carne (308).  Es casi siempre de noche y llueve.
"El olor a mojado comunicaba a la soledad matutina cierta desolación marítima" (321).
 Y también es, porque no, una novela de ciencia ficción - Al tanto de las posibilidades de la tecnología, de automóviles y procesos electro-metálicos, Erdosain se imagina también un cinema que con poderosos reflectores proyecta imágenes en las nubes todas las noches (328). La ciencia seria magia y la ciudad nuestra, piensa Erdosain. El narrador compara cada cosa con metales, el sol parece metal fundido, el empedrado mojado parece soldadura de estaño, etc.. Y claro, en el centro de todo está el sueño de la rosa de cobre!
Entre todos los elementos que componen este universo nuevo para mi, quiero resaltar dos cosas que me asombraron especialmente. Los párrafos sobre el tiempo físico-mecáncico versus el tiempo interior! Y, segundo, el tratamiento de la luz y de la sombra.
El autor ingresó a la historia literaria como paradigmático de la nueva clase media que se formara. Escribía porque era periodista (que investigaba en lunfardo) y publicó porque tuvo el poyo de una especie de mecenas, Güiraldes.
Ya se sabe, que a pesar de que se decía que escribía mal - esto no es verdad. Quien dijo esto, habrá sido, porque no era terrateniente y los gauchos le chupaban un huevo, desconocía la "tradición", escribía de su ciudad, de Buenos Aires.

Qué pena que Arlt murió tan joven!
Ahora tengo que leer la continuación, Los lanzallamas (1931)!


El lugar que le asignó la crítica literaria (promocionado, me parece, por Piglia y Sarlo) vino a ser algo como el polo opuesto a Borges. De facto, Borges era lector de Arlt (Con los respectivos grupos de escritores Boedo y Florida). Formaron una pareja, una tensión entre dos coordenadas en la que se vino a "medir" la literatura del siglo que le siguió.



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26 julio, 2017

Rodrigo Fresán - Esperanto (1995)


La novela se arma con lo que seria una semana - una de esas semanas - en la vida del protagonista llamado Esperanto. Una semana (domingo y lunes actúan en tándem como policía bueno y policía malo, hay que tener cuidado con todos los días igual) que al final es compuesta más por recuerdos y alucinaciones que por acontecimientos, aunque cuando llegamos al sábado comienza la acción y no decepciona. Nacido en una familia grotesca, poblada de suicidas e personajes insoportables, frecuentador de un psicoanalista inútil, Esperanto se define como ex músico, de rock (pasó su juventud en los 1970s) que recientemente (los 90s de la publicación), medio sin querer, hizo fortunas con jingles publicitarios, el cumulo de la maquinaria de la industria cultural, pero no quiere saber del dinero.

Temáticamente, en el 2017, ya no es nada nuevo leer descripciones del hombre zapping, de MTV y de la Aldea Global, del Homo 24 Horas en la ciudad moderna llena de no lugares, discotecas, aeropuertos, shopping centers, santuarios, que, como el narrador especifica, ".. están íntimamente relacionados con el movimiento perpetuo, con el insomnio de los desórdenes psicofísicos y con los siempre caudalosos surtidores de la histeria". Como dije, no entiendo nada de todas estas musicas mencionadas, pero también usa metáforas comprensibles para los iletrados musicales, la nostalgia del vinilo, del walkman que fue subsituído por el CD. El lado A y El lado B, por ejemplo le sirven a Esperanto de pensarse en el mundo, y a pesar del éxito que tuvo como músico, él está en el lado más experimental y raro del universo, el lado B, esa realidad aparte y canina, y no en el lado de los hits. Lo de la música al final no es tan diferente de lo que ocurre en literatura. Por ejemplo esto de los tributos y homenajes en demasía: "Esperanto tampoco conseguía explicarse el compulsivo y constante autorrevisionismo del rock. Un género que, con apenas medio siglo de vida, ya se refugiaba en la complacencia de morderse la cola como una serpiente que ha perdido su único colmillo y a la que sólo le queda el cuestionable divertimiento de cambiar una y otra vez la misma piel".

También le sirve de modelo de pensar a Esperanto, el salto entre lo blanco y negro a lo multicolor. En los tiempos de la tele de su infancia los actores tenían que ser buenos, se distinguía ficción y realidad. "No les interesaba imitar la realidad sino proponer una versión alternativa y mejor de esa realidad supuestamente imperfecta." Hoy (1995) hay reality shows, culos y tetas, dibujos animados, y, casi me olvidé - Kurt Cobain y su smells like teen spirit - y zombies como el medio hermano de Esperanto y hay la irrealidad virtual de su pasado (en esa opción de su existencia, los padres de Esperanto eran una pareja de hippies recién expulsados del paraíso acuariano). Me cansaron los incontables menciones de nombres de músicos, actores o canciones y palabras en inglés incorporados del narrador, batteries included, play, pause, etc,.. . 

La nostalgia, la juventud perdida, la sensación de "el mundo es un pañuelo y nosotros no somos más que mocos", el conflicto entre generaciones, todo eso son cosas con que me identifico (fui joven en los 90 después de todo), pero en esta novela me aburrió un poco la constante vuelta a la simple afirmación, de que no hay futuro, porque entramos en un nuevo milenio y la recurrente referencia de la proximidad del Apocalipsis anunciado por taxistas y demás. No sé cuantas veces Esperanto se sienta a esperar el fin del mundo, pero son muchas. Por eso, me pregunto si las novelas "de los 90" habría que haberlas leído en los 90, para entender mejor "como se siente un treintañero argentino en el 95", si pierden algo si se los lee 20 años después.

Pero hay más que descripciones en la historia de Esperanto. Lo que Esperanto recuerda y lo que le arruina el presente son los hechos traumáticos de su servicio militar durante el Proceso en Canciones Tristes en la Patagonia (que no sé si existe, pero existe en otras novelas de Fresán) en el 1978, donde sus amigos cercanos fueron desaparecidos, y otro hecho traumático, como verdadero desdichado, que ocurrió en una playa del Brasil. Dos playas invadidas, dos paraísos perdidos. Me pareció una buena historia, bien narrada y con bastante valor explicativo para el lamento del fracaso y la desistencia y todo el sinsentido (nacional).

Toda la galería de personajes lleva nombres muy raros, nombres a veces proféticos (estigmas), que facilita al lector recordárselos, por ejemplo a la Montaña García, Big Bang, Dani/Tony, Woodstock baby, el Mesías del Fuego, etc. Todo es un poco como en las telenovelas, es una novela-espectáculo {como en la clasificación que hace Laddaga (?) o Montoya Juárez (?) }. Por el tema y por el estilo, Esperanto me pareció comparable a lo que hicieron varios otros autores. Por ejemplo tuvo algunos parágrafos sobre música que son muy parecidos a los de Limbo (2014) del español Agustín Fernández Mallo (*1967). Sin identificar que me hizo la asociación, de repente me acordé de una novela de David Trueba, otro español (* 1969), que leí hace unos años. Rodrigo Fresán creo que vive en España, pero bueno, no tiene nada que ver. De resto lo encajo en mi especie de orden personal, en algún lado (quizás no tan próximo, pero en fin) entre Fogwill (1998) y Aira (1993) (por los giros absurdos que toma la trama, por la descripción de la aceleración de los 90 con sus discotecas y drogas y toda su tecnología nueva, su estilo cínico, humor exagerado, llegando a lo grotesco. Remotamente (una década) quizás esté emparentada también con La virgen Cabeza de Gabriela Cabezón Cámara (2009).

Personalmente, eso de la imagen de James Dean (no sé quien es y que tiene que ver y no me interesa) y de las listas de canciones me aburrió soberanamente. Pero quien sabe de la historia de la música popular (pop, rock y no sé que más) moderna, encontrará reflexiones y listas y referencias a canciones de la época de los Beatles en adelante. En el prólogo Fresán explica los trucos de la cajita mágica de su literatura, para que nadie lo acusara de plagio está ahí listado que idea sacó de donde.

Resumiendo, Esperanto es un caso de estos que me parecen bocetos, o primeras versiones, textos que podrían llegar a ser muy buenos si el autor los trabajase más un poco, pero que el autor ya dio por terminado y no hay forma de reclamarle, soy yo que tengo que aceptarlo, si no me gusta como quedó, me jodí. Me dijeron que su novela Mantra (del 2001) es muy buena. Por otro lado, es una novelita de esas que se leen de un tirón en un día de folga, o en pedazos diarios en los viajes de metro o mientras se desayuna a toda prisa.

13 julio, 2017

Afonso Reis Cabral - O Meu Irmão (2014)


En la despedida de un amigo que se fue a vivir a Brasil (que loco, no? con Temer ahí y todo) y en vez de darle un regalo, como debía ser, fue él que nos llenó de libros. Comienzo "O meu irmão" de Afonso Reis Cabral, que recuerdo haber visto en la feria del libro el año pasado y no puedo creer que el autor nació en el 1990! Y es amigo de un colega de facultad nuestra (por este grado de relación, debo conocer mitad del país, todos son amigos de colegas), se siente raro saber que gente de mi edad escribe (esto lo publicó a los 23 años - y yo que hice de mi vida)? En un principio, no me quería quedar con el libro, leí el texto de la contratapa y pensé -- mmh, historia de la relación de dos hermanos, uno con deficiencia,.. - no es para mi. Después chusmeé la primera página y me cautivó, así de rápido. Como pueden los de la editorial leya darle una portada tan, pero tan fea que espanta más que atrae? La foto no tiene nada a ver, la narración se sitúa en un pueblito en la sierra, a las orillas de un río con todo verde alrededor.
Esta novela me llenó de amor, durante semanas dormía abrazada a el en mi cama, me reconforta mucho saber que hay escritores que se preocupan con estos temas, con estas formas. Quiero decir si bien el tema del amor entre padres e hijos y entre hermanos es un tema muy común en la literatura, en este sentido se trata de una novela "clásica", además me parece un punto de vista original, bien trabajado. Y la última frase de la novela resume todo, me encantó, es un placer de lectura. 
Por el estilo de algunas descripciones me parecía que el autor se pasó tres años tallando y limando cada frase, sacándoles el brillo a las metáforas y a las palabras bien elegidas y puestos en orden, aún así el resultado es leve y coloquial. De buen ritmo, nada artificial, como si las frases le salieran así siempre que abre la boca. Según las entrevistas que dio, no es un libro autobiográfico, los personajes son inventados, pero el tema es en algún grado inspirado en la vida del autor que tiene un hermano con este tipo de discapacidad. 
La mayor parte de la acción se pasa en el Tojal, un pueblito casi abandonado, en el interior de Portugal, en invierno. Los hermanos, el narrador y el Miguel se criaron ahí junto a los padres y más tres hermanas mayores y heredaran la casa. Ahora, con los padres muertos y la mayor parte de la vida vivida, vuelven con el objetivo de retirarse un poco, pensar en si mismos, matar saudades, re-orientarse, o, tal vez por falta de un plan mejor. En el Tojal solo quedaron un par de viejitos que continúan a entregarse a la tierra a través de la azada y las manos con las que esparcen el abono.
Los capítulos van alternando entre el pasado, en la ciudad de Porto y el presente o las ruinas que restan de el, en el campo. El narrador es un hombre de las letras que sin saber bien porque se alejó de su familia, es un escritor no practicante, investigador del verbete y profesor universitario, amargado, divorciado. El hermano, Miguel, de la misma edad, tiene el síndrome de Down, por eso la gente lo trata ora como un niño, ora como un enfermo. Miguel es la única persona realmente capaz de amar, lo que provoca envidia y frustración en los otros que no paran de compararse con él y competir por el amor de los padres y todos los otros. Este amor específico, que suele establecerse entre padres e hijos y su composición varía entre afecto, responsabilidad y posesión. En el pueblito viven todavía la señora Olinda, el marido siempre con la gorra de Santa Casa y su hijo Quim, ya viejito también, el único que sabe manejar el tractor.
La novela se constituye del retrato de personajes del campo y otras de ciudad y de sus memorias familiares. La contraposición de tres hijos, cada un solitario y fracasado, maltratado a su manera. Un retrato de la condición humana como oscilando entre el letrado el que se construye su verbete, su discurso y su sentido de todas sus acciones y omisiones y el otro que vive porque es, porque respira y tiene mucho ayer (pero no disciplina la memoria) pero no tanta mañana ni tanta muerte pesándole en la cabeza. Entre feliz y oprimido y infeliz e oprimir (125).
Es una historia triste contada con humor y perspicacia. Es una pena que no conozca bien el Porto porque me hubiese encantado seguirle la ruta a los personajes. Me sorprendió - si ya los 300 y pocos páginas daban una novela muy buena muy acabada y bien construida, el autor todavía logró encajarle un giro inesperado y un final que creo que podría clasificar como dostoievskiano (aunque aún no he leído sus grandes obras) y que sin embargo encaja con el resto de la historia porque está muy bien construida.
Hay algunas pistas, como: "Dizem que os sinapses do cérebro criam vicios, afundam os caminhos por onde as enviamos. Não é tanto uma questão de realidade, mas de insistência numa determinada realidade" (159).
No voy a revelar más para no spoilear.
Que escriba más, estoy esperando. 

10 junio, 2017

Adolfo Bioy Casares - O herói das mulheres (1978)


Bueno, admito que es un poco tonto leerlo en traducción, dado que está en la biblioteca Cervantes y online en castellano. Con todo, los ediciones cavalo de ferro son lindas, bien hechas, con letra agradable y papel brillante al inicio y al final.
Sin pensarlo, me puse a seguir con el tema de los cuentos medio fantásticos. Aquí hay de todo, desde los que me gustaron mucho a los que me parecían desperdicio de tiempo.

De entrada, en Da Forma do mundo se cuenta de un muchacho estudiante de Derecho que se va a una isla del Tigre para estudiar tranquilo y conoce a unos contrabandistas que lo distraen de su propósito. Lo fantástico es lo liminar, en este caso entre Uruguay y Argentina, entre agua y tierra, entre confianza y desconfianza, vigilia y sueño impostergable. Outra esperança, sobre un enfermero que trabaja en un sanatorio en el campo y descubre las hazañas de sus jefes. Me recordó mucho de Plano de evasão. Ahí lo fantástico se inicia con la opacidad y falta de escrúpulos de las autoridades que hacen lo que quieren con toda la técnica moderna a su servicio (y unos perros de guardia). Uma guerra perdida es un cuento muy corto sobre un hombre y sus amantes que hacen cursos de fijación de Dunas: no me gustó, o no lo entendí bien. O desconhecido atrai a juventude me encantó, narra las peripecias de un muchacho del campo que va a la gran ciudad, Rosario. A passageira de 1a classe, es corto y precioso. O jardim dos sonhos no está mal, pero ya me aburre que el sueño sea siempre la única escapatoria. Uma porta abre-se tampoco está mal, es una historia de un suicida cuyo desenlace me lo había revelado anticipadamente la contratapa del libro. En O herói das mulheres, el cuento que da título a la colección, se narra la expedición de caza a un presunto tigre en la pampa: me aburrió soberanamente.

Tema común a muchos de los cuentos es la preocupación por el tiempo y el miedo que inspiran los doctores. Los cuentos son todos protagonizados por hombres, puede que es "normal", pero me llamó a atención porque acabo de leer los cuentos de Almada y Schweblin. Las mujeres en este libro son seres de otro mundo muy separado; muy bonitas y buenas cocineras y aseadoras de casas, por cierto, pero no tienen nada de personas o ciudadanas a altura de los hombres. Creo que el último cuento tiene cierta ironía respecto a este tema, igual así no me pareció muy gracioso.
Me pregunto si los pudo publicar así nomás en dictadura, o si lo habrán dejado en paz porque era de una familia de clase alta.

03 junio, 2017

Samanta Schweblin - Siete casas vacías (2015)


Schweblin me fue recomendada junto a Selva Almada, es de la generación de jóvenes escritor@s argentinos nacidos en los '70. Ella tiene apenas 38 años y un montón de libros, audiovisuales publicados y premiados. Actualmente vive en Berlín. Quizás elegí el libro porque de chica siempre pensaba que me gustaría llamarme Samanta, no sé porque, me gustó mucho este nombre. Con un total de 128 páginas, el libro alberga siete cuentos siniestros, de un tipo de terror o locura justamente en la casa, el espacio más intimo en el seno de la familia o de la cotidianidad eligida, donde queremos sentirnos acogidos.
Bueno, algunos me gustaron más, otros menos. Fui leyendo uno por uno antes de dormir, agarrando gusto a lo macabro, desencajado. En Nada de todo esto, una hija acompaña a su madre en el su afán de invadir casas ajenas y apropiarse cosas. Es medio raro, pero como es corto, deja una buena impresión de lo raro que es cuando los niños tienen que cuidar a sus padres; en Mis padres y mis hijos, un hombre y su ex-pareja se encuentra con una situación rara. Sus hijos y sus padres andan escondidos y desnudos en el jardín, es todo normal y un juego inocente o no?; Pasa siempre en esta casa no me gustó mucho, son pocas páginas y no pasa mucho. La respiración cavernaria es un cuento más largo, hace entrar en el mundo de los viejos y esa fragilidad es mismo asustador, esa espera de la muerte, el alejamiento de las palabras y las cosas, la progresiva soledad y falta de control y una misteriosa historia con los vecinos y la chocolatada. Me gustó mucho. Mi preferido es Un hombre sin suerte con una narradora de primera persona es una niña de ocho. Este cuento venció en el concurso Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo 2012. Y el último, Salir, también me gustó, ritmo que subyace a las acontecimientos nos hace entrar en un flow de conciencia en que podemos concentrarlo en la brisa que toca el pelo de los brazos o obtener el control sobre nuestro monologo interior y lo que sale de nuestra boca, como en un sueño, pero sin cansarnos.
En todos los cuentos nos encontramos con casos que rozan la ambigüedad de lo fantástico, pero situaciones que sin espacio a duda, existen y nos son familiares. Ninguna de las casas es habitada por familias "normales" del tipo que se ve en las publicidades o que el Estado se imagina como su pequeña unidad base; la gente se divorcia, se separa, se retira, migra y se junta otra vez y se inquieta por su propio idealismo. Y así pasa con las cosas y objetos que pertenecen a los espacios domésticos o personales, no sostienen a a gente.
Recomendable!


29 mayo, 2017

Hector Abad Faciolince - Angosta (2003)


Jacobo Lince (Lince como Faciolince supongo), cansado de ficciones y lirismos, hunde su nariz en los pliegues de las páginas de papel humedecido como quien la hunde entre las piernas de una mujer, es un libro científico sobre su propia ciudad, por lo tanto un libro dentro del libro, El librero, primero lo huele, después lo usa para protegerse contra la lluvia. Se distrae con la computadora en la que verifica el estado de su cuenta bancaria. Lince es casi-cuarentón, atractivo, mujeriego, divorciado y ahora rico por una herencia inesperada.

Angosta es una ciudad en los Andes dividida en tres climas (tierra fría, templada y caliente) y tres clases sociales (dones, secundones o tibios y tercerones), según su altitud. En el media la surca el Río Turbio que desemboca en el Salto de los Desesperados, lugar perfecto para suicidas porque no deja huellas de los cuerpos (se convierten en pájaros dice la leyenda). Jacobo es dueño de una librería de viejo, o de leído como él prefiere decir. La Comedia, un hotel venido abajo, igual que la ciudad, está dividido en territorios y clases sociales, como la ciudad. Lince trabaja en la librería con un montón de viejos borrachos, simpáticos secundones con miedo de bajar la escala social y aspiración de subir a Tierra Fría que es como el primer mundo. Andrés Zuleta, un joven que sueña con ser poeta y que sale de una casa huyendo de padres opresores (temen que sea homosexual ya que no le gusta el fútbol ni aspira ser militar como el hermano) para vivir solo y comenzar un trabajo en la parte restringida.

La descripción de las villas miseria se acerca a lo fantástico, se cruce el rió en balsa con un guía barbudo, como si fuese el Hades mismo y se va bajando al otro  lado hasta perderse irremediablemente en las calles de tierra. Pero la verdadera vida está ahí, se come mejor, se vive más intensamente, hay solidaridad. Sin embargo la descripción de la pobreza me aburre siempre  y cuando el autor no le pone personajes y situaciones concretas. A quien se dirige el libro? A alguien que no sabe ni de lejos lo que es miseria, violencia policial, exclusión sistemática, el sueño de Miami, el constante son de vallenato, boleros, cumbia? El castellano popular, la lengua del ke onda, parcero que a los intelectuales les duele oír? De igual manera, me pasó con las repetidas descripciones del primer mundo, Paradiso, donde hay shoppings, se habla ingles y todo es limpio y rico, menos los basureros que son tercerones con permiso especial, mas sin pernoctar, y la gente superficial y materialista. Jacobo pasa a tener una amante-amiga, se llama Candela, de tierra caliente y le ayudar poner pie en los mundos más elevados.

Pensaba que se trataba de un romance juvenil, del estilo que lo leen también adultos, como el Harry Potter por ejemplo (salgo a defenderlo porque en todo lado aparece como típico de novela mediática que es más multimedia marketing que ficción, pero no estoy de acuerdo, muchos comenzamos a leer libros godos por culpa de Rowling). Bueno Farolince tiene un cierto estilo didáctico, su elenco de personajes es alegórico, caricatural, - por demás, como en la dama más triste del mundo, el político sin escrúpulos, el profesor de matemáticas con aires de autista, el joven y triste poeta, el mismo Lince cazador de entrepiernas etc. Ese exagero se vuelve previsible, por ejemplo cuando la muchacha rica, hija de senador, doña Beatriz, afirma que Angosta se vino jodió cuando vino la moda del comunismo. "después le preguntamos a mi papá..". Del mismo modo los nombres son todos figurativos (el río Turbio, el río Cristalino), la estaciones de Metro (Desesperados, Sol), nombres de tiendas. El estilo de escritura del autor de poner notas de pie para algunas descripciones de personajes o cosas, me gusta, me da la opción de seguir de largo o de volver atrás y buscar como era tal o cual persona, cuanto años tenía, en que clase nació. Creo que es una de esas novelas que si la hubiese leído a los 20, me hubiese encantado muchísimo aunque hubiese odiado la perspectiva (del narrador-protagonista) del macho envejecido obsesionado con el sexo! Caramba, es feo cuando te cae mal el protagonista, menos mal que con el tiempo aparecen otros personajes en el centro.

A tierra fría se accede solo con salvoconductos, es la visa, el pasaporte o el permiso transitorio. Hay un muro que atraviesa montañas y un check-point con funcionarios chinos. El gobierno está compuesto por los Siete Sabios, anónimos llevan siempre los nombres de los días de la semana. Cuentan con un aparato de burocracia y con policías y (para)militares.
En la contratapa de la edición planeta dice: "La aparente ficción futurista, (..), se convierte en hiperrealismo contemporáneo". No sé que es hiperrealismo, pero hay referencias como el campo de concentración Guantánamo, del que todos saben que existe, pero ningún periodista pudo entrar, ni hallarlo. El diario El Globo, la agrupación del terrorismo, los Jamás, que atentan contra la política de Apartamiento (el muro y las leyes de visa, etc.) y la oposición CEA (contra el Apartamiento).
En la contratapa se la presenta como narración de reclusión de las castas, pero además sitiada por la exclusión. Parece una redundancia, pero en la novela se explica (una cosa es que no te dejen salir de tu casa, otra que no te dejen entrar). Si la modernidad supuestamente trajo la bendición de la movilidad social [entre clases cuya composición antes dictaba dios], o sea vertical, pero [en el capitalismo tardío] el nativismo ya volvió y también trajo nuevas formas de inmovilización territorial y geográfico de miedo [a pesar, o mismo porque, hoy disponemos de Internet y de aviones y estás cosas que anulan la distancia espacial].
 
En el medio hay un capítulo de yapa, dedicado a Cervantes. Cuenta un episodio de las tareas de los libreros que salen a comprar libros en un carrito tirado por Rocinante. En este capítulo se le habla de directo al "desocupado lector", me parece patético. Los libreros discuten el botín: Le dan palo a Paulo Coelho "Son como envases vacíos de Coca-Cola; no hay casa que no tenga alguno. ..sus libros parecen plagios de la más ridícula literatura de autoayuda de todos los tiempos. Para mi es basura. Es el más indigno continuador de la estirpe de los evangelistas." (2003: 206). Después casi igual- un poco atenuado con; Padilla, Volpi, Urroz, Palou y el crack mexica. A Vargas Llosa mencionan, pero no le critican?! Luego hablan también de escritores españoles y del propio Faciolince, cosa que me parece poco original. De César Aira dicen que es un esnob (2003: 210), de Bolaño, no me acuerdo.

Habla del fin del mundo (221), de la basura (285) y de estas cosas en las que presto atención últimamente (en novelas latino-americanas post-1989).
Muy interesante me parece el juego campo-cidade, Angosta es una ciudad, igual cuanto más rica la gente, más artificial y más ameno el paisaje. Cuanto más pobre la gente, más barro, calor, pestes, etc. En uno de los morros, en el Nutibara se erigió un pueblito-museo que es una réplica a lo que había sido la comarca hace uno o dos siglos. "Es curioso que la metrópoli industrial y comercial erija un monumento - es decir, un sitio levantado para el honor y la memoria- a la negación de lo que ella misma es" (307-308). Campo lo que se dice campo ya no hay, excepto en la cima de las montañas. Candela cuenta como sus padres vinieron como desplazados de Macondo que fue arrasado y saqueado, la ciudad se tragó el campo y se formaron las villas de emergencia o barrios de lata.

En fin, no me decido de si tenía las expectativas muy altas o si realmente se pone poco creativo después de explicada la geografía social de Angosta que es una idea inicial muy buena. En los momentos en que se vuelve a ese libro sobre la geografía y historia de Angosta del inicio - la novela me gustó más. Pero hubo momentos en que casi casi la quería dejar de lado, pero su ritmo hacia el final mejora mucho, consigue levantar un suspenso que si bien no deja de ser  previsible también, es envolvente y me entretuvo. Por fin pasan cosas y todo a la vez como nos gusta eso a los lectores, cosas políticas, policiales y emocionales. Si el autor escribiera otra novela situada en la misma Angosta - ignoro si quizás lo habrá hecho - la leería. Si me preguntarían si la recomendaría, dijera que sí, pero quizás no a todo el mundo.

P.D. : En una nota post-liminar el autor agradece no sólo a Cervantes si no también a otros de los siglo con él contemporáneos, entre otros a Onetti y César Aira.  

20 mayo, 2017

Fogwill - Vivir afuera (1998)


Casi 300 páginas sobre fulanos/as que chupan pijas, aprietan veteranos por guita o por ganas, o tienen paranoia de la yuta. Fogwill debe tener un especial placer al imaginar eso. Escribe con un desprecio que sólo puedo comparar con Houellebecq, solo que escribe a lo argentino y - en mi opinión- bastante mejor, porque la novela es mucho más que odio y polémica. Hasta le inventa palabras nuevas para describir el sexo oral, experiencia de confusión, fusión y efusión láctea endogargántea, por ejemplo. Y aunque provoque asco y entristece, me parece que retrata ciertas situaciones de vida y ambientes que se criaron o agravaron en la Argentina de los 90 y no solo satisface su necesidad personal de desahogar la bronca y escandalizar como lo hace el segundo. A pesar de todo, me cansé un poco de las pijas y los prejuicios y de que en realidad no pasa mucho. La acción de Vivir afuera transcurre en la época menemista (1994), época del SIDA y de los cassettes compact y walkmans. Fue publicada cuando el gobierno de Carlos Menem todavía no llegaba a su fin. Una política excluyente que giraba a la velocidad de las privatizaciones y los mass media, generando un espacio central en el país que condenaba a muchísima gente a la periferia: al margen, a todo eso que queda fuera de la General Paz, pero también en el centro. Los excluidos son, entre otros: judíos, seropositivos, pequeños traficantes de droga, mujeres que se prostituyen, villeros, además ex-milicos y analistas. El resto, la gilada. O sea, no son solo pobres y no se quedan en los suburbios, se mueven por varios ámbitos sociales y geográficos. Es esa una de las literatura "compuesta por materiales cotidianas, materiales bajas" o de "estética de la transgresión", o sea políticamente no correcto, misógino, racista, anti-nacional, etc. que está conquistando su legitimidad de ser. Pero bueno, quien busca Arlt y Borges en cada texto que se publica en Argentina, lo encontrará.
Son varias historias cruzadas, transcurren todas en una madrugada de Buenos Aires, en que los personajes transitan por el conurbano, todos ven el mismo amanecer, varios tienen sexo al mismo tiempo, todos viven en especies de sociedades paralelas. Se narran unas pocas horas de las vidas de Mariana, Saúl, Gil Wolff, Susi y Pichi que se encuentran o pasan cerca los unos de los otros y la narración y los diálogos van alternando entre ellos a un ritmo rápido. Sus experiencias, sus pensamientos y se exponen las maneras que adaptaron para zafarse en la vida en que cuando no hay mucha oportunidad otra que el negocio de droga, los tratos con botones y bocinas de la policía y hacer gatos para subsistir. Saúl es hematólogo, judío pobre, que adora jugar con sangre  en su vida sexual y ahora trabaja atendiendo pacientes de HIV/SIDA (que por ahí se refiere como "la pudrición total"), medio obsesionado y eterno antipático. Gil Wolff es un ex-alumno del liceo de la Marina de la promoción del '54, sin hijos, ya veterano con fallas de memoria, hace negocios con sistemas GPS militares y cosas así, es obsesionado con guita y sueños en que ataca la Quinta Presidencial en Olivos. También tiene algún fondo judío. Al inicio me pareció difícil entrarle, me confundía los personajes, no solo porque las escenas "se enganchan", pero es porque lo leí en una fotocopia con letras minúsculas. Además me falta saber más de quien es quien de la Buenos Aires mediática y/o judía de los '90 y tampoco conozco personalmente la zona Quilmes, City Bell, Florencio Varela. Leí por ahí Wolff es el alter-ego de Fogwill. Las letras de sus nombres son los mismas. (Se lee en página 46: - Soy editor y crítico - pensó -, en el fondo, yo también hago negocios con basura..) Mariana yira, le gusta la falopa y trabaja para los policías. En un momento conoce a Wolff en un bar y va con él a su casa, y aunque él se hace el escritor pobre para Mariana todos estos libros deben valer una fortuna. Susi es la novia de Pichi y sueña con un futuro mejor, sin dormir cada noche en otra cama, sueña planchar sábanas y oler limpio. Pichi estuvo en Puerto Argentino, es un chico que curra de todo, trata de Susi, de Mariana y sus familias, tiene contactos y hace favores, además plantó Cannabis en la costa. Sueña con ir a Corrientes y no al casino de Mar del Plata. Sus vidas se cruzan en esa madrugada de amanecer que parece anunciar lluvia y tiñe las nubes de colores. La vuelta a la democracia todavía reciente, la experiencia de Malvinas todavía en los huesos, Pichi vive angustiado, ve ingleses en todos lados. Ocurren los atentados a la Embajada de Israel 1992 y al AMIA 1994 con muchísimos muertes.
Parece que satiriza a Ricardo Piglia, pero si es así no reparé. Encontré varios puntos de conexión con César Aira, aunque no sé si Fogwill hubiese gustado de esa comparación. Los gimnasios, las villas, la basura, la droga, los pastores evangélicos y sus quintas de rehabilitación, las cameras de vigilancia en todo lado,.. También con La virgen Cabezas de Gabriela Cabezón Cámara, el lenguaje villero, el sexo perverso, violencia gratuita, Susana Gimenez, etc. La mezcla esa de la introspección sobre las diferentes realidades sociales y verdades su iluminación desde ángulos inusuales y las cosas exageradas que retuerzan todo lo anteriormente elaborado. (No sé si estoy a inventar), también el lenguaje de distintos antros parece que Fogwill estudió bien o absorbió naturalmente.

También leí del autor: La Muchacha Punk (ni me acuerdo) y Help a él (buenísimo). Próximo en mi lista: Los Pichiciegos. Me gusta el estilo de Fogwill, los personajes me cayeron bien, pero sis historias de Vivir afuera me aburrieron un poco.

P.D.: Escribí esto y luego a seguir leí una nota en que se lo compara con Houellebecq:
  "este hábil manejo de los sociolectos forma parte del procedimiento verosimilizador de Fogwill; el recurso que completa dicho procedimiento es el de la profusión de detalles técnicos: autos, motores, aviones, armas, drogas, tendencias sociales y de consumo, cuestiones médicas (y transas)… en todo se interesa el autor para explicárnoslo con minuciosidad, lo cual produce que el lector acepte esa cascada orgánica de datos como cierta, sin preocuparse de verificar si todos sus detalles son verdaderos: uno lee, entiende y cree. Fogwill no inserta esos contenidos en la novela en forma de miniensayos interpolados en la acción (como sí lo hace, por ejemplo, otro autor con “mirada sociológica”, Michel Houellebecq, en novelas como Las partículas elementales o Plataforma), sino en las voces comunes y corrientes de sus narradores, lo cual no le resta eficacia."(https://elpezvolador.wordpress.com/2008/08/26/diez-anos-de-vivir-afuera/ )

18 mayo, 2017

Gabriela Cabezón Cámara - La virgen de Cabezas (2009)



Estoy a full en la literatura de las villas y de lo post-1989. De esta corriente me faltan leer unos importantes, como las novelas de Washington Cucurtu, Dalia Rosetti, Carlos Gamerro y keres cojer? = guan tu fak de Alejandro López y algunos más, que hasta ahora no consigo acá en Lisboa. La próxima lectura va a ser Vivir afuera de Fogwill. [Ahora que proliferan estas historias sobre "los excluidos" me cuesta creer que antes se escribía solo sobre los exitosos, normales, blancos, heteronormativos, etc.]

Es un libro bastante diferente de los que tengo leído por ahí. Después de los primeros capítulos ya lo quería dejar - por más que me cae bien lo queer, no me terminan de gustar la cumbia (arrgghhh) ni los Santos y ya leí suficientes violaciones y asesinatos en las últimas semanas. Cosas del estilo "sí, el cura me cogió cuando tenía 13, pero no es mala persona, yo también tenía ganas." Me dio asco y me aburrió un poco. Pero después me comenzó a gustar la historia de Qüity, que como periodista clase media se fue acercando a la villa y haciéndola centro de su vida, adoptando al nenito Kevin y enamorándose de Cleo. Cuenta la historia Villa-masacre-Miami. Creo que la ironía y el humor de la autora le van dando la credibilidad - o algo parecido- que me faltó en los primeros capítulos. Tiene un humor especial, me entretuvo bastante. Por ejemplo aparecen estampillas de ácidos con la imagen de la Virgen, o cuando Cleo reza, La Virgen haba en español medieval-cervantino de España y Cleo adapta su criollo rioplatense: "Ah.. sí, tenéis razón, si seré boluda, perdón, gilipollas, tenemos que llamar a un ingeniero. Gracias, Virgencita, qué buena que sos ¡encima pensáis en todo!". ¿Vistes?.

La historia transcurre en la villa El Poso, al norte de Buenos Aires, al lado de la autopista, cerca del Nordelta y Newman. La vida de la villa es muy violenta, casi nadie supera a los 30 años de vida sin ser alvo de un tiro de la policía, cuesta creer, pero es verdad, para los que ni documentos tienen a pesar de ser la 4ta o 5ta generación en el terreno, la vida nomás puede llegar a ser así. La novela muestra maneras de supervivencia (absurdos), como la de robar carpas en el Jardín Japonés de Palermo para llevaras a la villa donde se reproducen y sirven de carne de parrilla para alimentar la banda. Narra modelos "alternativos" de familia, como la del dueño del supermercado chino que manda comida y juguetes chinos aunque desmiente cualquier paternidad, las tías, abuelas, padrinos, etc. Después de todo, la Virgen también tuvo a su hijo sola. Pero o que más interesa no es la descripción "etnográfica o sociológica" de la villa - eso lo hacen estudiantes y ONGs y CrónicaTV que están igual de presentes que la policía con sus cameras y helicópteros y los cafishios que prenden fuego a las nenas que intentan huir. Por un lado, me pareció estar frente una creatividad sin igual metida en lenguaje "baja" y cumbiera. ¿Vistes? Por otro lado, hay partes, las de la opera de cumbia me las salteé, no me gusta y punto. [En cambio me gustaría ver la opera que hizo Ricardo Piglia de La ciudad ausente].
Todo la novela se impregna de una semántica de la fe. Por ejemplo, cuenta Qüity, "la hostia me decepcionó como años más tarde me decepcionarían las drogas, aunque insistí más con la merca que con Dios. Cuestión de lecturas: durante bastante tiempo me resultaron más accesibles los Beatniks que San Agustín.". Qüity y Cleo terminan en Miami, obvio. Para Qüity, que tiene una cosa clase media, periodista, o hasta académica y un loft en Palermo, el sueño de la comunidad, de la producción de comida, de las cenas en mesas improvisadas de 100 metros ya se vio amenazada antes del aviso de "realojamiento" y de las promesas de unas viviendas en La Matanza. Su sueño del pueblo unido se vio invadido por una duda, será que las ratas son capaces de organizarse? «Si el  pueblo unido no tiene mucha conciencia de su fuerza unida, qué pueden saber un montón de ratas unidas», me decía. Ese pensamiento tampoco me dejaba dormir: alguna conciencia teníamos nosotros, como las ratas tienen olfato.   

Florida, los countries, la villa, todo eso pueden ser pensados como paraísos. La amenaza del paraíso villero no es el pecado, son los negocios inmobiliarios, ejércitos con ametralladoras, topadoras y bulldozers. De alguna manera los villeros lo presienten, esa inminencia del Fin, es eso que les hace festejar con Reggeaton y Fernet-Coca y merca como no hubiese mañana. Cleo cree en que se acercan tiempos de cataclismos y catástrofes, crisis y hambre, que primero se va a cortar la luz. 
Y no van a funcionar los celulares, ni las computadoras, ni Internet, ni los motores que suben el agua a  los edificios, ni nada. La guerra contra el Islam nos va a dejar sin nafta y los autos abandonados nos van a dejar sin caminos. No va a haber shoppings ni televisión ni ninguna forma de comunicarse más que la de los radioaficionados, que  es lo que vos te tenés que aprender ahora, mi amor. No va a haber remedios. Ni comida frizada. No sé si entendés el desastre que te estoy contando. Acá en casa hay un generador electrógeno, provisiones, combustible, armas y comida en lata como para cinco años. Vos lo sabés mejor que yo, el búnker lo armastes vos. Yo te agregué las gallinas y la huerta y Helenita construyó el nuevo estanque en el medio de todo porque pura lata no es una alimentación saludable..   
Esto me acuerda de Un futuro radiante de Pablo Topkin y otros tantos apocalípticos. Las temporalidades son diferentes en la villa, - hay unas lineas muy interesantes de cuando cavan un foso para extraer agua de la napa para su estanque de piscicultura, y llegan arqueólogos y estudian las capas de mierda y huesos en la arcilla - las vidas más cortas y con cada temporal se vuelan y se lavan mitades de casas de los que no quedan rastros, es por eso que siempre parecen construcciones bastante recientes. 

Al final le doy un más o menos. Me gustó, pero algo le faltó como para ser una novela que recomendaría con ganas. No me gustó eso de que al final las dos escriben un libro y también me faltó algo de introspección al carácter de Cleo.

P.D. Llegué a este texto a través de un artículo de Paola Cortés-Rocca que tiene unos apuntes interesantes sobre villas y animalidad en la política y estética contemporánea. 

30 abril, 2017

Selva Almada - Chicas muertas (2014)


Hay tantas chicas muertas, matadas, tantos crímenes impunes, que se las puede confundir. Selva Almada se concentra en tres, tres casos de los años '80 no resueltos, conocidos en Argentina. Pero en su investigación se va enterando de más femicidios, de antes de que se conociera este término que ahora se usa [el diccionario del editor de texto instalado en mi computador en el que escribo esta reseña me corrige: solo conoce la palabra homicidio]. Es un esfuerzo mínimo que se le pide al lector, requiere estar atento a la especificidad de cada una de las tres, Andrea, Sarita y María Luísa. Uno comienza a preguntar y se entera siempre más tragedias, injusticias, desaparecimientos y misterios muy similares, es así. (Además de los tantos muertes de jóvenes en motos.)
A mí, los temas policiales de asesinatos en la literatura no me llaman la atención, ni por el miedo que se procura sentir en la literatura del miedo, ni por sensacionalista de leer sobre violencia basada en casos reales, pero me interesa como se lleva el tema al publico en formas que no son el periodismo amarillista o la morbosa fascinación del mal. Y últimamente llegó a hablarse más ampliamente, a condenarse en público, a cuestionar las pautas de violencia de género más subyacentes, hay movimientos nuevos, marchas a los que van los que antes no iban, etc.. Renovar la memoria es un trabajo importante. Como sé que la entrerriana Selva Almada escribe muy bien, me lancé con este libro, que desconociendo la autora, con este titulo jamás lo hubiese tocado.
Chicas muertas comienza de la mejor manera para evocar el clima de la vida desnuda, la narradora en primera persona se despierta un domingo en la casa de su familia, en Villa Elisa. Es una madrugada de tormenta y siente el colchón húmedo, formas babosas y tibios moviéndose entre sus piernas. Tarda un momento en entender que fue la gata que estuvo pariendo ahí y encoge la piernas, abrazándose a si misma para seguir durmiendo. Los gatos desaparecen y nunca más se sabe de ellos. Desde la primera página se introduce así la sensación de incomodidad, dentro de la propia casa, de un miedo difuso de la vida y la muerta de los que tienen el poder de parir. La narradora que investiga el caso recuerda como aquel domingo enteró de la muerte de Andrea, apuñalada en el corazón, por la radio. Esta parte también es de no-ficción o crónica, la autora se crió ahí. Sin embargo se lee como ficción, en mis ojos esto es bueno. Como en Ladrilleros, la narrativa de Selva Almada recorre el Litoral y Norte, Entre Ríos, Santiago del Estero, Paraná, Chaco, descubriendo paisajes sociales de lo más comunes y más negligenciado culturalmente.
Por más bien que escribe la autora, que pasaron casi treinta años y eso se nota. La pobreza y policía todavía de tiempos de dictadura ayudan con que este tipo de casos nunca se resolvieran. La cronista-narradora se envuelve en los casos, tuvo una beca para investigar y llega a tanto que comienza a sospechar y ver miradas lascivas - siempre de hombres mayores para adolescentes muy jóvenes - en todo lado, que no tengo dudas, es una precaución justificada. Ella concluye el libro en enero 2014 cuando, como escribe, en lo que va el año ya fueron asesinadas al menos 10 mujeres. En el 2017 podemos agregar a Micaela García, militante de Ni una menos y Araceli Fulles y unas cuantas más, promedio casi una por día en Argentina.

26 abril, 2017

Martín Kohan - Ciencias Morales (2007)


Hace unos años, cuando me quejaba de unos ensayos  que tenia que escribir para la facultad, y que venían sobre nada o nada de mi interés, un trabajo interminable, un penoso llenar páginas a la fuerza porque todo que quería decir ya estaba dicho. Mi amiga Lara dijo entonces que ella no tenía ese problema, en cambio inventa páginas sobre cualquier tema "si tiene que ser, te escribo 20 páginas sobre pichí".
María Teresa trabaja como preceptora en el Colegio Nacional. Ella pode ser descrita como una mujer tímida, pero desempeña su trabajo a la perfección. Es sumisa a las autoridades y encuentra cada pormenor de irregularidades en la conducta y vestimenta de los alumnos a su cargo. Vive con la madre vieja y deprimida, siempre esperando noticias del hermano que está en el sur, como soldado de la guerra de las Malvinas.
Bueno, Martín Kohan logra montar un suspenso increíble con eso, con el momento íntimo de orinar. Práctica cotidiana de cada ser vivo,  para nada insignificante, diferenciado por sexo, algunos que mean parados (no se aplica en este libro ni una vez la palabra mear, esto es palabra de hombre, grosería, cosa que Maria Teresa nunca diría, ni tampoco se admite usar en sus pensamientos. Estas prácticas son traducido a espacios normalizados, los hombres acá, mujeres allá, mingitorios, cubículos, tazas y pozos sanitarios. Los hombres no hacen las dos necesidades al mismo tiempo, no se secan, pero se sacuden su "cosa" y con menos frecuencia se lavan las manos.
El gran Colegio Nacional de muros gruesos es un espacio representativo del país, pero paradójicamente es un espacio cerrado, opresivo, silenciado.
La inclusión de alumnos de las provincias en la institución elitista, posteriormente la inclusión de mujeres, todo eso de alguna manera representa la historia de la patria de los ciudadanos ideales. Es una profunda verdad argentina que se pelean los porteños con los provincianos. Y antes de incluir las mujeres seguramente había menos alboroto en el colegio. Fundado 1778 por el Virrey Vértiz, el colegio albergó al gran héroe Manuel Belgrano, creador de la bandera y miembro de la primera Junta de gobierno 1810. Los alumnos tienen que leer la novela Juvenilia de Miguel Cané que trata sobre el gran colegio, al que Sarmiento no consiguió entrar, que 1863 se refundó por Bartolomé Mitre.
En su trabajo, Maria Teresa cumple prolijamente el protocolo, eso implica que tiene que controlar el largo del pelo de los muchachos en la nuca y el color de las media. Para hacerlo bien, Maria Teresa tiene que invadir espacios privados, acercar su mano a la nuca y pedir el largo del pelo con las manos, agacharse y levantar la pernera del pantalón más de lo que el trato del "como debe ser" entre hombre y mujer podría llegar a admitir, pero tiene que ser y lo hace.
Si los alumnos quisieran cometer una transgresión lo deben hacer en los baños de los chicos. Esta idea se le vuelve obsesión. Hay un alumno que huele a tabaco, tal vez fuma en el baño, el único espacio no supervisado y vigilado como los otros, igual sí, las ventanas no se abren, la puerta de entrada es de vaivén y dejaría salir salir el humo y delataría el transgresor. También queda claro que los profesores no dejan salir al baño dos alumnos al mismo tiempo.
Dentro del colegio su impecable imagen tiene que ser mantenida también en tiempos difíciles como los que corren. Con desfiles y actos a los héroes se recuerda la disciplina, el orden. La argentinidad hay que resaltarla, no puede faltar las escarapelas en los uniformes y la imagen disciplinada es más importante que nunca, aunque los autoridades no expliquen porqué.
Al ensayar los actos de la bandera, juran morir por ella, juran del corazón, tienen que mirar en frente sin pestañar, pode derrumbarse un edificio en la vereda, no los debe distraer de su deber.
Maria teresa sospecha que los alumnos fuman, quiere pescar uno, entregarlo a las autoridades y merecer asi la atencion de su superior al que admira. El señor Biasutto, el señor jefe de los preceptores va a ser orgullo de ella. Desenvuelve con afán en esta tarea, que en un primer momento le pareció inadecuado, pero cuando adoptó la rutina de encerrarse en un cubículo del baño de varones, se acostumbra y se cree cerca del objetivo. Este espacio protegido le brinda oportunidad de descubrir su propia intimidad, el placer del cuerpo cuando hace sus necesidades, mear en sintonia con otros seres de fisionomía diferentes. Ver y oír y oler desde su escondite los hombres que ella nunca ha visto orinar en su vida.
Hay en esta novela cierta obsesión con aquello que no se puede ver o tocar, igual que en algunas de sus otras novelas, de las que leí dos. Fuera de lugar y Bahía Blanca. Aquí también se menciona el sur inhóspito, y la localidad de Monte Hermoso, Bahía Blanca, son novelas que exploran geografías argentinas.
En el colegio hay tanta disciplina, tanto silencio, que es difícil determinar cuando un alumno se ríe indebidamente, o cuando mira demasiado a la profesora y tiene que ser reconvenido. Tal vez solo mira en frente, son detalles que hacen la diferencia, maneras de percibir intenciones. Lo que Maria Teresa al final descubre es peor que un fumar en el baño, es la violencia de la época encarnada. No lo puede denunciar, porque superficialmente todo sigue igual, que los terrores de algunos no influyen de manera alguna en el día día de la normalidad hasta que acaba la Guerra de Malvinas.
Es muy fuerte este libro, es algo que tiene que ser digerido con tiempo. Bien logrado, el personaje central me parece muy "real" a falta de mejor palabra. Voy a seguir con este autor.

20 abril, 2017

Pablo Plotkin - Un futuro radiante (2016)


En poco tiempo se me hizo adictivo, no sé si hay más de esto, pero estaría dispuesta de hacer lo que fuere para conseguirlo. Parece que todavía no hay más novelas de Pablo Plotkin, pero lo cierto es que no escribe como principiante, viene del periodismo me dice google, pero en Un futuro radiante me parecía estar leyendo un veterano de la novela, de esos que son capaces de inventar historias y personajes que no se olvidan.
No sé que pasa que de repente cada vez más escritores que leo son amigos de amigos, una conoce a Ricardo Piglia, el otro (mi amigo Pablo) fue a la primaria con Pablo Plotkin. O por lo menos ya me parece que son todos amigos de amigos porque vengo metiéndome más y más en este mundo de novelas argentinas que me hacen sentir en casa. Por suerte ese mundo sigue creciendo y no está muriendo aunque algunos por ahí lo prediquen.
La narración de Un futuro radiante enfoca dos hermanos que viven el Apocalipsis bonaerense, o el post-apocalipsis, no se sabe. Dubi y el hermano son dos personajes memorables, que se quieren, dependen uno del otro y tienen sus conflictos, porque, como suele pasar con hermanos, cada uno creció a la sombra del otro. Al mismo tiempos son diferentes y tienen cada uno su vida y sus secretos y eso en tiempos apocalípticos todo tiene otro valor. Uno más idealista-soñador, otro más practico-alienado. Las profesiones y disciplinas aprendidas de la vida de trabajo de antaño ya no sirven, ahora es preciso estabilidad emocional. En la Argentina de Plotkin resta poca gente, después de explosiones químicas, plagas de palomas y catástrofes infecciosas que llevaron planificados éxodos del país  y cuarentenas y sobre todo cobró muchas muertes. El derrape dejó un desorden que es también el comienzo de una nueva orden.
Se podría clasificar como ciencia ficción, pero también puede ser adecuado pensarlo como una novela de familia, de política o de economía. Buenos Aires está lleno de palomas infestadas que picotean y pierden plumas y la única manera de defenderse son pistolas electro-magneticas. Los dos hermanos viajan en un viejo ciclomotor, se refugian donde pueden. Hay o había algun gobierno que se llamó Autoridad de la Emergencia y un grupo de hipsters, también hay bandas de linyeras y ecologistas en lucha por el poder y la Refundación. En las novelas de ciencia ficción hay siempre un grupo de ambientalistas entre los sobrevivientes y frecuentemente hay cosas verdes fosforescentes, como en Oryx and Crake y El año del diluvio de Margaret Atwood por ejemplo. Aquí hay bandos de pistoleros y las tropas del matón Panzer (nombre que en alemán se traduce en tanque de guerra) con base en las barracas y pabellones en ruinas de la facultad de Agronomía. Es ese el nuevo orden de las cosas, por lo menos por en cuanto. Quedan muy pocas mujeres, una de esas, Belén, se refugia con los dos hermanos en el barrio de San Martin. Ella es la ex-novia del violento líder Panzer quien la anda buscando por todas partes. Los hermanos la esconden, pero ella no deja de representar un problema para ellos. No hay futuro, eso también lo evidencia la profunda crisis de paternidad que atraviesa el narrador y su hermano y a mucho más gente de la sociedad. El futuro estaría en las mujeres, pero a las mujeres no se las controla, ni parece posible entablar una convivencia pacífica con ellas en estos tiempos.
Culturalmente, obvio, reina la nostalgia, fuertemente ligada a a musica pop, todos remakes de los antiguos hits de la época de nuestras abuelas. Curiosamente los dos hermanos son los nietos de una cantante famosa del grupo de las Mamushkas, convirtiendo a los hermanos en los dueños del material público y privado producido por la abuela. Las cosas que dejó en su casa en Villa Crespo, fotos, discos, y pósters es capital simbólico de alto valor con que pueden negociar con los que todavía consiguen comida y combustible. La nueva política entre los grupo que se forman es bastante parecida a la nuestra de ahora, los hipsters organizan fiestas "de los salvados", y los otros, el ejercito de Panzer y los de la Autoridad piensan en reorganizar la sociedad.
Hay pastillitas con Donald Trump estampado que se vende en una fiesta de musica electrónica en Rio de Janeiro. También hay otra droga recreacional que se volvió dominante, que se llama "el derramadito" que seria tipo paco, adictivo y destructor, pero Panzer tiene una formula mejorada en sus manos que promete conectar las emociones primitivas con nuevas visiones del futuro. Lo llama Fizz y le desarrolla una campaña publicitaria.
La historia es narrado de la perspectivo de un yo sin nombre - uno de los hermanos - que hizo que me absorbió todavía más. Lo leí muerta de sueño incapaz de soltarla todo de un tirón y me dio pena que no tuviera más páginas. El final es un poco inacabado, pero como podría ser de otra manera?
Los hermanos se pierden de vista y cada uno avanza con su plan, mientras tanto los hippies se integran en la sociedad prometedora y pujante de Panzer, tal vez en una de evitar conflictos y asegurarse material para sus artesanías. Es difícil quedarse afuera, no colaborar con los nuevos sedes de poder. Discursan sobre las letras de las viejas canciones de las Mamushkas, reinterpretando a gusto. Los nuevos economistas se convencen de que el tiempo cero es en relidad es momento ideal para la inversión.
Se dice que el género distópico es global y no local, que echa a perder las tradiciones literarias nacionales, pero no estoy de acuerdo. Esto es una novela muy argentina, pasando por un mapa de Buenos Aires, por los personajes, el humor, y el habla rioplatense. 
Me quedo con la sensación típica de las novelas de anticipación: Al final todo acaba, pero si no nos morimos todos, todo sigue igual, pero peor.

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