Hace poco vi la película de Papillon, basada en la novela homónima de Henri Charrière (1969) y me sentí recordada. El tema es parecido, se trata de prisioneros políticos en las Guyanas francesas, solo que en Plan de evasión el protagonista no es un preso que procura escapar, es el administrador Nevers, que se encuentra en las Islas de Salvación en una especie de penitencia, mandado por su familia, para cumplir un año antes de poder volver.
La historia es contada por un tío que se basa en la correspondencia que mantenía con su sobrino, parece que este está a completar la historia con sus propias conclusiones, suposiciones, explicaciones, porque nada es cierto, ni para el narrador ni mucho menos para el protagonista que desde el primer día teme una revolución, teme estar involucrado y que le fuera negado el regreso a Francia. Su paranoia aumenta con cada día y parece que hay razones para desconfiar. El gobernador se mantiene ocupado en actividades secretas en la Isla del Diablo, aparentemente la está a camuflar, solo nadie sabe que quiere decir con esto.
Se borran los límites entre enfermedad y salud, libertad y prisión, locura y razón, lo fantástico y real - todo que procuramos separar en lo cotidiano. el confuso Nevers siempre hesita, hace un plan de huir, piensa que seria conveniente tal o cual cosa, y se arrepiente enseguida y hace el contrario, o sospecha de una persona y de repente se confía a ella. Vive solo de la esperanza de ser substituido por su primo, el 27 de marzo a seguir a una suplica suya por carta. Pero teme que los disturbios desatan antes del deseado día. El gobernador mandar trocar presos de Isla, sin criterio aparente, luego interna a otros en la enfermaría sin médicos y después hasta llega a internarse a si mismo.
Cuando Nevers descubre que el gobernador esta "enfermo" y ordenó que lo encierran en una celda ya no comprende nada, pide al criado para hablar con él, este le explica cual la orden es no incomodar los enfermos de noche, lo podrá ver, ya que la celda está abierta de cima, pero para hablar con él debería esperar hasta la noche cuando estaría dormido. Desconcertado, se sienta en la silla del gobernador y comienza a improvisar, pero la acción se vuelve cada vez más fantástica, confundiendo y jugando con representaciones e impresiones sensuales de las personas, como solo lo es possible en una isla o en una cárcel.
Fue mi primero Bioy Casares, conocido como dupla de Borges y de facto me acordó de Las ruinas circulares y también de La isla del Dr Moreau, al que alude obviamente. Sin duda tiene un formato y estilo que vale la pena consumir.
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