Leí esta obra de teatro del famoso escritor suizo de posguerra. Biedermann y los incendiarios es una parábola que habla justamente de eso, que la gente no quiere ver la realidad aunque esté bien a la vista najo su nariz. Fue estrenada poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial, y funcionó como una metáfora de la llegada al poder de los nazis.
Es muy cortita y contada con humor, me parece muy bueno para una obra de teatro. Hasta ninios la entenderían, pero los grandes no se aburren. La historia es así: Un hombre (que da título a la obra), el burgués Biedermann, que en alemán sería algo como "burgués o serío," un comerciante, vive con su esposa Babette, y con una sirvienta. Cada día lee en el diario de gente que provoca incendios y se enoja. Cuando un hombre llama a la puerta pidiendo cobijo, desconfía, pero los deja pasar porque son muy son muy listos y simplemente le dicen la verdad y lo dicen con humor. Deja a uno reflexionando sobre la confianza y desconfianza hacia el mundo.
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