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21 noviembre, 2013

Cómo lo conocí a patablanca II de II

--> continuación:

.. Estaba mareada por las curvas y tuve que ir al baño urgente y no había banio. Crucé hacia el otro lado y a los 3 minutos paró un auto que iba en mi dirección. Antes de irse el viejo asqueroso me dio plata. Lo rechacé, le dije que me niego, le dije que No diez veces, pero se enojó y insistió. 20 €. El chico que me llevó después era muy simpático. Tenía quizás unos 38 y había viajado mucho, a Buenos Aires, a la India, a Mexico. Pero me envidiaba porque lo suyo han sido viajes cortos y ahora tenía dos hijos chicos y trabajo de electricista. Había preparado un porro para el viaje y me sentía obligada a fumar así para él como conductor quedaba menos. Además es comprobado que ayuda contra nauseas. Buena conversación. Me dejó en una estación de servicio cerca de San Remo. Había parado de llover, me fui a mear por fin y pensé sorprendida lo fácil y rápido era el autostop en Italia. Ya faltaba poco.

A unos minutos me levantó un viejito con su mamá más vieja en un auto viejo sucio que hacía ruidos raros. Hablaban francés y muy poco italiano, no nos entendíamos muy bien, me parecían ser del campo. El viejo le dijo a la vieja que pusiera el disco de Bob Marley. Me puse a comer el sandwich que había preparado y disfruté la vista al mar mediterráneo. Me dejaron en una estación de servicio cerca de Ventimiglia dónde me compraron un café en el bar :-) (en Italia en las estaciones de servicio no hay máquinas de café instantáneo cómo en el resto de Europa, sino mostradores con empleados que sirven café de verdad).


Crucé la frontera, pasamos Monaco. Pensé que otra vez paso por 5 paises en 5 días. 6 paises si cuenta Lichtenstein. Un viejo gordo inglés en un auto muy caro me llevó a Nice. Me quiso dejar en un peaje, pero había un montón de milicos que le dijeron de que ahí no, que me lleve al peaje siguiente. Iba oscureciendo de a poco, los autos prendían las luces y el gordo en traje no me creyó que hiciera autostop en vez de tomar el tren porque me parecía más divertido. De ahí una viejita estadounidense me llevó a un peaje, que me servía mejor, saliendo de la autopista, en un lugar muy malo, dónde todos los caminos me llevaban de vuelta hacia Italia y además me dejó en un túnel donde estaba medio peligroso andar de pie. Por suerte un hombre muy amable de Argelia me llevó de vuelta al peaje dónde había estado media hora antes, antes de que se había hecho de noche, para llevarme se fue en dirección contraria de su camino y pagó dos veces más el peaje para mi.

Después pasó esto lo que describí acá, no me dan los huevos para traducirlo todo: migas de pan y la magia del autostop

Llegué muy bien a mi destino, aunque era de noche y aunque era muy boluda, todo el tiempo pensando que mi destino (Flayosc) no figuraba en mi mapa, pero quedaba justo atrás de Nice, por los cual, cuando llegué a Nice, me sentía como si hubiese llegado ya y me daba igual a que salida de autospista me llevaran. Ni sabía bien como indicarles el camino a los conductores, porque Flayosc es muy chico y cómo pensaba no tener un mapa lo suficientemente exacto, no sabia bien las ciudades alrededor. Me llevó una mujer estadounidense muy preocupada por mi y otro hombre muy amable a la salida de autopista Le Muy/Frejús que era la correcta y bastante lejos de Nice.

Ahí pregunté el primer hombre que vi en el parking detrás del peaje, era un viejito en traje y corbata. Y, iba dirección de la ciudad que queda justo antes de Flayosc, Draguinan. Que suerte. Llamé a mi amigo que me estaba esperando para decirle que ya andaba cerca. Me dijo (solo hablaba francés) que estaba esperando a su hija que llegaba desde Marseilles, pero estaba por llegar.  -> ver mapa


Resultó que había un embotellamiento y le esperamos más de 1 hora a su hija. Pero en vez de pasar frío estaba sentado en el auto, escribiendo mi diario de viaje:-) Llamé para decir que se hacia más tarde. Al final el viejito no solo iba a Draguinan, pero vivía en Flayosc, justo adonde iba yo. Me llevó, era de noche, pero igual se pudo ver el peaje lindo desde arriba de una colina, con la iglesia del pueblo iluminada. El pueblo es chiquitito, pero el viejito no encontraba mi calle ni con gps. Dimos trés vueltas del pueblo cuando se rindió y me dejó en la plaza. Comparado con Alemania había calorcito y olía fuerte a mediterráneo y verano. Llamé a mi amigo y me podía venir a buscar en auto. En un auto con placa de hungría, que parecía caerse en pedazos. En el camino nos crucamos con un perro del lugar y lo invitamos subir para que vuelva con nosotros. Era Picholino, un perro como un caballo, viejo y sabio.


El lugar estaba bastante escondido, en un vallecito, entre olivos, viñedos y un río, casi en el bosque, es una casa/granja de barro. Mi amigo estaba cuidando e lugar porque el duenio, un hombre que levantó el lugar con sus propios manos se había tenido que ir a arreglar el auto que le murió lejos en el norte. Sus tres chicos estaban con los abuelos. Así que quedaban para cuidar los tres perros y dos gatos. Hacía poco habían venido unos adolescentes a robar todas las herramientas, porque el lugar estaba bajo construcció todavía, ahora lo va a seguir siendo.

Ahí me di cuenta que Flayosc sí figuraba en el mapa que tenía, sólo en la otra página, muchos kilómetros más allá dónde lo pensaba estar. Me había complicado todo en Nizza, dónde no sabía que salida elegir, al pedo.

El lugar era mágico, me encantó desde el primer momento. Cualquier descripción carecería de sentimiento. Cocinamos sobre el fuego abierto, sopa de miso a la que le metimos ajo y espaguettis, tomando jugo de uva que lo habían cosechado y envasado ellos mismos. Los dos perros grandes desaparecían, pero hay un cachorro de dos meses, de alguna raza grandote, que no se alejaba de nuestros pies. Era patablanca, los niños le habían dado este nombre por el cuento del lobro y las cabritas. Estoy segura que tiene algo de Berner Senn. Nos quedamos hasta tarde en el fuego, fumando, hablando de todo un poco, de Murakami, de los rituales chamanes en México... Qué lindo poder hablar español, con el tiempo a mi se me pegaba el español madrileño, a él el español argentino.


Al otro día dormí hasta tarde, después me mostró el lugar. La casa es hermosa, había de todo, cualquier cosa que uno se podía imaginar, muchos libros (todo en francés), arte, cosas de ninios. Muchísimos instrumentos músicales. Ropa buenísima, encontrada en la basura. Afuera una huerta de permacultura, uvas, higueras, olivos, un invernadero medio terminado, hecho con pedazos de puertas y ventanas, un Yurt mongolés, muchos autos rotos, un área de ninios, un aparato para secar frutas, una cocina, una casa en un árbol. Una escuela a medio construir, un lavarropa que cuando está pronto funciona con la energía brindada por los pedales de una bicicleta. Cayó un anciano, cara curtida de pelo largo y blanco. Conversamos en francés-italiano-espaniol. Tomamos jugo de uva, desayunamos en el fuego, el viejito nos contaba de todo, parece que se va mucho a los encuentros Rainbow, me explicaba todos los problemas que tiene el auto (en francés).. De tarde fuimos al río con el cachorrito, para el chiquito una gran aventura, mojarse las patas para seguirnos, saltar de roca a roca, cuando volvimos se durmió como un bebé. Mi amigo hizo en el fuego unas tortas fritas de Anis, muy rico! Nos sentamos a tomar té y le esperamos llegar a nuestro otro amigo que estaba viniendo por autostop. Cayó otro amigo del duenio del lugar, otro que solamente hablaba francés. Trajo la otra perra en e auto que se había ido hasta su casa. El también tenía seis hijos, tomó un té con nosotros, miramos un rato las brasas de fuego volverse rojas y decaer y a rato se fue.





Cómo cambia e ritmo biológico en seguido cuando uno vive un día sin reloj, calefacción y sin energía eléctrica! Nos levantamos con el sol y nos acostamos con el sol que se va temprano.


amanecer

Tratamos de quedarnos despiertos, pero nos dormimos como a las 7 de la tarde, en el medio de la noche llegó nuestro amigo que ha tenido un viaje largo para venir. Al otro día de tarde estaba lloviendo, mucho frío para ir a baniarse en el río (no había agua corriente ahí), así que me tiré a dormir. 


fotos de mi amigo


Los chicos fueron a ver si encontraban comida tirada por las pastelerías, volvieron con el auto lleno de panes, pizzas y tortas, más que para alimentar a 3 familias. Patablanca y los otros dos comieron pizza ese día.



El último día buscamos leña, tratamos de limpiar un poco y ayudamos a cambiar los colchones del dormitorio, que eran viejitos y el dueño había comprado otros. De tarde fuimos a la ciudad a comprar un vino para la última noche con la plata que me dio el conductor feo. Después de que los dos leímos „Tortilla Flat“ de John Steinbeck nos pareció la mejor inversion. Cómo ninguno de nosotros era capaz de tocar unos de los aprox. 20 instrumentos músicales lo único que pudimos hacer para tener música era escuchar los cassettes de música griega con el viejo equipo. Así tomamos vino y nos calentamos frente a al fuego.



Patablanca cuando no dormía a upa de uno de nosotros, trataba de atrapar al gato, que no le daba mucha bola, mordía de todo que encontraba, piernas, zapatos, peluches.. Así que al último día cuando nos levantamos con los primeros rayos de sol, calentando el fuego para el desayuno, primero no nos sorprendimos ver unas bolsas de plastico todos rotos. Al rato vimos que también había comido el corcho en el abridor de vino y recién después vimos que todas las tortas que las habíamos dejados bien atrás en la mesada porque pensamos que en el auto hacía demasiado calor, habían desaparecido. Ay, ay. Patablanca! Tanta pizza anoche y seguía con hambre.


Se comió todas las tortas, era como si comiera el equivalente de su peso, y como carajo llegó a la mesada, tuvo ayuda de los gatos?

Estaba durmiendo, seguro que le dolía la panza. Quizás estaba desesperado porque nosotros durmimos arriba y él se quedaba solo?

Fui a hacer mi mochila, a desayunamos, estabamos listos para arrancar. Fui a buscar la bolsa de dormir (nueva) desde el dormitorio y ahí me di cuenta de que venía el mal olor anoche. El perro no sabemos cómo subió las escaleras de madera mientras dormimos y se cagó arriba de mi bolsa de dormir! Y cómo bajó de ahí? Es sin duda el enigma de la semana. Se postergó la partida porque tuve que limpiar el desastre sin siquiera tener agua corriente.. Que suerte que habíamos dejado el forro de plastico en los colchones nuevos, para que cuando llegaba el dueño pueda estrenenarlos.


Pero cómo pudiera uno guardarle rencor si te mira con estos ojos? Me lo quise llevar a casa!





El madrileño nos llevó en el auto viejo hasta el otro lado del pueblo, camino a Draguinan. Nos despedimos y empezamos a hacer dedo. Eran las 9 de maniana y el sol espantaba el resto de niebla de las colinas.


Camino de vuelta me pasaron varias cosas también. Fui de pueblo en pueblo, de peaje a peaje, cuando estaba en una estación de servicio abandonada arriba de una colina, disfrutando al sol y comiendo el sandwich que me preparó mi amigo para el viaje vi una mujer de pelo larguísimo fumando. No sé porque, pero para mi estaba claro que era simpática y que tenía que ir a hablar con ella, capaz que ella sentía lo mismo porque vino a hablar conmigo. Por razones de estereotipo pensé que era latinoamericana, pero vino a hablarme en francés y cuando vio que no le entendía, cambió al inglés fluido. Ella estaba camino al aeropuerto de Nizza para tomar un avión a la India. Me dijo que veía en mi la mujer que tenía que ir al sur de India. No cualquiera pertenecía ahí. Tá, voy a tener que ir, pensé y nos despedimos.



Esta vez nadie de los conductores en Francia hablaba inglés. Estaba tan feliz llegar a la frontera con Italia, y el pedazo Flayosc – Genova me llevó un día entero.

Un hombre me dio su tarjeta de „Jesus te ama“ - por el amor al próximo los creyentes muchas veces llevan a autostopistas, otro tipo viejo que me llevó un par de kilómetros me dijo algo como „solo tengo un ojo, pero si querés te llevo“, había tenido un accidente soldando sin lentes, „tengo que ir al medico un día de estos“, tenía un auto viejísimo y la

calefacción prendida cuando afuera hacían 25 grados. Primero no entendí que era la calefacción y pensé que el auto quizas estaba por quemarse.. pero por suerte se aclaró. Me invitó a su granja en una montania de Monaco, pero le dije que muchas gracias, por esta vez me quedo acá en el peaje. Un trabajador me llevó en su camioneta, iba a Ventimiglia por el trabajo, pero llevó hasta San Rema aunque no tenía tiempo. Y me dio plata, otra vez lo mismo, resistí un montón de veces, pero cuando vi que realmente le insultaba no aceptar, me rendí, pero acepté solo un billete de los dos, porque el tipo parecía bien pobre. Me dio su número de teléfono por si venía la próxima vez en avión, el me sacaba a pasear y me pagaba los restaurantes y el hotel. De ahí a la siguiente estación de servicio me llevó un matrimonio italiano, otra vez el mismo juego con el dinero! “Cómo irse de vacaciones sin plata y volver con 40€” .Que me tomara el omnibus que ahí no voy a encontrar auto que me lleve. Fui a tomar un café y disfruté al sol. Un martes en Italia no es lo mismo que un martes en Alemania. Me llevó horas de salir ahí, en eso tuvieron razón.

Más tarde desde Verona a Alemania se hacían la 1 de la noche, hacía frío y en la estación de servicio donde estaba pasaba un auto cada media hora nomas. Trés ya me habían dicho que estaban llenos, esperé solo uno más antes de buscar un lugar para dormir. Mandé un mensaje de texto a un amigo contándole donde estababa y me deseó que encontraba un Porsche para volver rápido a casa. 


Llegó un auto, y era un auto alemán! Con los autos es cómo con las personas, primero se mira la nacionalidad, después la cara. Cargó nafta, me invitó a subir y.. perdió la llave!

2 horas buscamos con todos los empleados, hasta que la encontramos y arrancamos a las 3:08 de noche. Estaba en casa a las 12 al mediodía. No pude dormir a causa de su estilo de conducir por las montanias y quizas por tanto café que tomaba. La mujer que trabajaba para Porsche, tenía más de 60 anios y jugaba formula 1 haciendo más de mil kilómetros en una noche. Y no tomaba exactamente el camino mas directo.  -> ver mapa 


No había tenido tiempo de ir a la playa antes de volver al invierno alemán.

Pero fue un viaje buenísimo! Mágico!

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